Coronavirus

Pese a la prohibición de fumar, sigue habiendo humo en las terrazas gallegas

Este jueves entra en vigor el veto al tabaco y cigarrillos electrónicos en calles y espacios públicos si no hay distancia social

Ya no se podrá fumar en la calle si no se mantiene la distancia de seguridad IAGO LÓPEZ

Ántar Vidal

Quizá se hayan acabado los días de café y cigarrillo en la terraza tomando el sol, al menos, por ahora. La Xunta de Galicia, como medida de choque contra los rebrotes de coronavirus, decretó este miércoles, a través de una edición especial del DOG (Diario Oficial de Galicia), la prohibición de fumar en la vía pública , y en espacios al aire libre, incluidas terrazas, excepto que se «pueda garantizar el mantenimiento, en todo momento, de la distancia de dos metros con otras personas». Siendo sinceros, es difícil encontrar terrazas que cumplan estos requisitos .

Sin embargo, en esta mañana del jueves, día en que entra en vigor la medida, las cosas parecen no haber cambiado mucho. En Santiago de Compostela se ve humo saliendo de la boca de los viandantes y ceniceros en mesas que, a ojo, no distan a dos metros.

Todas estas contradicciones y subjetivismo -porque a fin de cuentas la distancia social depende de varias circunstancias-, desembocará en una situación similar a la de las mascarillas: al principio, hasta que no se hicieron indiscutiblemente obligatorias, la gente no las llevaba puestas porque se podría considerar que había distancia de seguridad. Con el humo en la calle pasará lo mismo. Este jueves así ha sucedido: la gente paseaba y fumaba con la mascarilla sin poner como si no hubiera salido el DOG, aunque la vía estuviera transitada. También es cierto que es el primer día, por lo que habrá que esperar si se necesitará cierto tiempo de adaptación.

Esta medida, para los hosteleros, «es una sorpresa», sobre todo por el poco tiempo de reacción que se les ha dejado a los bares y cafeterías para adaptarse , como indica José Antonio, dueño del Café Galeras. «Aún no tenemos muy clara como es la norma, porque en teoría ya había que mantener la distancia», como asegura que se cumple en su establecimiento. Por esto, en la terraza de Galeras está permitido acompañar el café mañanero con tabaco, aunque José Antonio reconoce que él preferiría más contundencia : «o sí o no, no puede haber medias tintas», porque, dice, «la ley no puede depender de nosotros o de los clientes». Aparte, cree que los camareros no pueden estar pendientes si los clientes fuman o tener que discutir con ellos, por lo que sería mucho más fácil «prohibirlo en todas las terrazas».

Carlos y Yaiza están desayunando en otra terraza de la capital gallega, y el sentimiento es bastante parecido al de los hosteleros: no hay claridad con respecto a si se puede fumar o no , aunque a ellos les «beneficia», porque no son fumadores. Sin embargo, creen que, aunque «el humo nos moleste al no consumir tabaco», no se debería de prohibir.

Ezequiel, recién llegado a Compostela tras hacer el camino con unos amigos también está en una terraza en los alrededores del Obradoiro que no mantiene las distancias, aunque en todas sus mesas hay ceniceros. Es el único del grupo que fuma. « Si estoy tomando algo con amigos tendré que levantarme todo el rato para poder fumar », por lo que, de primeras, no le gusta. De esta manera, él y sus colegas, primarán ir a terrazas en las que sí esté permitido. De aquí surge cierta injusticia: « la ley tiene que afectar a todos igual », dice José Antonio, y esta decisión definitivamente beneficia a unos establecimientos y, sobre todo, perjudica a otros.

Con respecto a las posibles consecuencias económicas, los hosteleros no están preocupados. Creen que será como la ley antitabaco de 2006 en la que se prohibió fumar dentro de los locales: « en su momento fue una buena medida , nadie lo echa de menos», y la verdad es que nadie va a dejar de «ir a la terraza en verano porque no se pueda fumar».

Lo que sí que parece evidente es que, además de ciertas permisiones autoimpuestas de algunos fumadores por la calle, hay mucha confusión con respecto a las situaciones en las que se puede o no consumir tabaco. Esto podría desembocar en saltarse las medidas por equivocación o incluso pillería, porque, por ejemplo, en una terraza, no es sencillo medir a cuántos metros nos encontramos del vecino de mesa. Por esto, tanto hosteleros como fumadores coinciden: es necesaria más concreción por parte de la Xunta .

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