Luis Ojea - Cuaderno de Viaje

A ver si nos enteramos

Ni una sola de las cinco claves que En Marea situara como elementos prioritarios figuran en el documento presentado por Iglesias

En la dilatada trayectoria pública de Xosé Manuel Beiras nunca han faltado muestras de una desmedida soberbia intelectual, una injustificada pretensión de superioridad moral y un ego hipertrofiado. Una combinación que ha decidido acentuar en lo que él llama su epílogo con una sobredosis de prepotencia y una indecorosa y creciente agresividad gestual y verbal. En ocasiones es pura pose para hacerse notar, teatrillo en busca de protagonismo porque nunca ha soportado pasar inadvertido. Pero otras veces, cada vez más, es un truco malo de ilusionismo para eludir enfrentarse a cuestiones incomodas, como esta semana cuando en una sala de prensa vociferó «centellas, a ver si os enteráis» irritado por las preguntas de los periodistas sobre el manifiesto ninguneo de Podemos a En Marea.

Vamos a intentarlo. Vamos a enterarnos, por ejemplo, de que se pasaron la última campaña electoral asegurando que tendrían grupo parlamentario propio en el Congreso aunque sabían a ciencia cierta que el reglamento de la Cámara no lo permitiría con la fórmula impuesta por Podemos para concurrir a los comicios. Vamos a enterarnos además de que Pablo Iglesias asume modular su discurso en función de los intereses de En Comú y Ada Colau mientras ningunea a los mareantes a los que apenas ha cedido protagonismo en las comisiones parlamentarias. Vamos a enterarnos también de que los diputados gallegos tragaron con mantenerse en el grupo de Podemos y no se escindieron como sus compañeros valencianos de Compromís que ahora pueden negociar directamente con el PSOE sin dependencias de nadie. Y vamos a enterarnos finalmente de que ni una sola de las cinco claves que En Marea situara como elementos prioritarios de negociación con los socialistas para la conformación de gobierno figuran en el documento presentado por Iglesias, muy prolijo en detalles sobre las funciones de la Vicepresidencia, pero en el que no asoma Galicia por ninguna parte.

Quizás, después de todo, a Beiras no le interese que nos enteremos. Ni siquiera un hábil prestidigitador como él puede seguir enmascarando la completa claudicación de los diputados rupturistas gallegos a los intereses partidistas de Podemos. Es el peaje que está dispuesto a pagar para mantener viva la marca de las Mareas para las autonómicas. Ofrece docilidad en Madrid a Iglesias a cambio de que éste amordace aquí a la disidencia de su partido que cuestiona la alianza.

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