Crisis del coronavirus

Santiago suma una treintena de fiestas en pisos pese al encarecimiento de las multas

Las nuevas sanciones entraron en vigor la noche del jueves, con 14 intervenciones

Estudiantes en una facultad de la capital gallega MUÑIZ

P. Abet

Las fiestas en pisos de estudiantes traen de cabeza no solo al concello de Santiago, sino a las autoridades sanitarias de la Comunidad. Con la capital gallega en alerta roja por la alta incidencia de coronavirus entre su población, el ayuntamiento optó la semana pasada por endurecer las sanciones en las intervenciones en pisos con la esperanza de limitar así los contagios entre la gente más joven. El problema radica en que los agentes no pueden entrar en las viviendas para comprobar si se cumple la normativa ( máximo de diez personas, con mascarilla y distancia social ), así que solo se puede imponer una sanción económica cuando se sobrepasa el umbral de ruido fijado. Hasta ahora, esa multa era de 200 euros, pero el escenario actual obligó al concello compostelano a aumentar la cuantía en función de tramos horarios. Así, cuando más avanzada está la madrugada, más deberán desembolsar los sancionados , con un límite de 750 euros, 1.500 en el caso de los reincidentes.

En esta lucha contra el ocio nocturno descontrolado los vecinos juegan un papel fundamental. Son ellos, la mayoría de las veces, los que avisan a la Policía Local de que existe una reunión en la que podría estar incumpliéndose las restricciones. Ya en el bloque, los efectivos confirman que se sobrepasa el límite de ruidos y actúan , pero siempre desde la puerta de entrada de la vivienda, que suele abrir una sola persona. Antes de que las multas se encareciesen, los policías llegaron a realizar hasta treinta intervenciones en una noche. El primer día con la nueva hoja de sanciones, las fiestas se redujeron, pero los efectivos contaron hasta 14 desplazamientos a fiestas estudiantiles , una de ellas rozando las cinco de la mañana. La noche del viernes al sábado resultó más tranquila, con tres fiestas que llevaron aparejada su correspondiente sanción económica, una de ellas de 750 euros. Sin embargo, en pleno fin de semana, la marcha nocturna en la ciudad universitaria volvió a dispararse y la Policía local propuso para sanción hasta un total de diez quedadas, cuatro de ellas en la segunda franja horaria (de 00.01 a 03.00) y seis en la tercera (de 03.00 en adelante). Además, tuvieron que disolver varios botellones organizados a pie de calle y con hasta ocho participantes que fueron identificados por consumir en la vía pública de manera ilegal.

Santiago, como ejemplo

A espera de que transcurran los días para comprobar la efectividad de la medida tomada en Santiago, otras urbes tradicionalmente universitarias miran para Galicia en busca de soluciones. Es el caso de Salamanca, donde ante la misma problemática con la reuniones sin control también están estudiando aumentar las sanciones económicas. Conscientes de que los universitarios están en el centro de la polémica, el conselleiro del ramo y los rectores gallegos salieron ayer en defensa de la comunidad estudiantil asegurando que la «inmensa mayoría» del alumnado se comporta con «prudencia» y «responsabilidad».

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