Sanidade autoriza el 94,1% de las prórrogas a la jubilación solicitadas

La cifra de permisos se normaliza desde mayo del pasado año tras las restricciones de la crisis

Personal médico vacunando a un paciente EFE

R. LIZCANO

El 94,1% de los 163 profesionales del Servizo Galego de Saúde (Sergas) que entre mayo de 2016 y abril de 2017 solicitaron a la organización sanitaria continuar en activo una vez cumplidos los 65 años fueron autorizados a retrasar su jubilación . La Consellería de Sanidade completa así doce meses de normalización de su política de jubilaciones, tras dos ejercicios previos en los que el rigor de los presupuestos públicos se tradujo en restricciones al atraso voluntario de la jubilación.

En 2003, el Estatuto Marco del Personal Estatutario de los Servicios de Salud introdujo la jubilación forzosa a los 65 años , modificando la regulación previa según la cual el que el personal facultativo abandonaba el ejercicio de modo obligatorio a los 70, pudiendo acogerse a la jubilación voluntaria desde los 65.

Aunque la misma ley reconoce la prolongación voluntaria, las estrecheces presupuestarias asociadas a la crisis económica empujaron a los sistemas de salud a denegar mayoritariamente las peticiones de prórroga , liberando así las partidas de personal de las nóminas de profesionales con años de experiencia, complementos de antigüedad y pluses de carrera.

Desde enero de 2014, el Sergas endureció los requisitos de prórroga , limitando las prolongaciones voluntarias a profesionales vinculados a servicios con necesidades específicas y pocas posibilidades de sustitución y especialidades deficitarias. Esta política se flexibilizó a comienzos de 2016 —cuando las cuentas de la Consellería ganaron unos 100 millones respecto al ejercicio previo—, allanando el camino a la prórroga voluntaria a los profesionales que cumpliesen los 65 a partir de mayo de 2016.

Desde entonces, y hasta el pasado abril, han sido 163 los profesionales del Sergas que han solicitado continuar en activo , el 21,9% de los trabajadores que por alcanzar los 65 años de edad estaban en condiciones de acogerse a esta posibilidad. Sólo nueve de esas 163 peticiones fueron desestimadas, según los datos facilitados por la Consellería de Sanidade.

La autorización de la prolongación de la permanencia en el servicio activo se supedita al mantenimiento de la capacidad funcional y a la concurrencia de las necesidades asistenciales y/o organizativas. El permiso para continuar en ejercicio tiene una duración de un año, renovable hasta la edad máxima de 70 años.

El colectivo médico es el grupo profesional más proclive a prorrogar su ejercicio (100 de las 163 solicitudes formuladas en el último año se corresponden con personal licenciado sanitario). En los años previos a la crisis, siete de cada diez facultativos del Sergas elegían continuar en activo más allá de los 65.

Sanidade autoriza el 94,1% de las prórrogas a la jubilación solicitadas

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