Rumbo directo a un naufragio seguro

Esta semana una franquicia del baloncesto estadounidense, Golden State Warriors, batió un récord histórico del deporte profesional norteamericano al cerrar la temporada regular de la NBA con 73 victorias, superando la anterior marca establecida por los Bulls de Jordan. Cuando aquel mítico equipo dirigido por Phil Jackson consiguiera en 1996 terminar el año con solo 10 derrotas nadie daba un duro porque un día apareciese alguien capaz de mejorar una proeza de ese nivel. Pero la vida es así. Siempre se acaba superando al pasado. En todos los ámbitos, también en la política. Y el PSdeG es un ejemplo. Era difícil, muy difícil, pero están obcecados en perforar su suelo electoral de 1997 y van camino de poder conseguirlo.

En aquellos Chicago jugaba Steve Kerr, el ahora entrenador de Warriors. No pasa a menudo. Pero a veces hay un nombre que conecta dos momentos históricos. El socialismo gallego también tiene el suyo. Abel Caballero fue quien condujo a la formación al peor resultado de su historia hace 19 años y parece empeñado en dirigir al partido, ahora desde la sombra, a superar aquel récord. Hay imágenes muy reveladoras. La de Caballero con Beatriz Sestayo esta semana es una de esas fotos. El caudillo saliendo de su castillo para pasearse por su cortijo. Para recordarle a quien lo haya olvidado que en el PSdeG se hace lo que él ordene. Como ahora no quiere poner la cara, lo que busca es una marioneta, alguien dócil que no vaya a creerse que puede decidir. Y después hay quien se extraña de que todos los posibles candidatos huyan despavoridos.

Sea quien sea el ungido por el alcalde de Vigo, el nuevo inquilino de la Rúa do Pino poco margen de maniobra tendrá para evitar el naufragio. El socialismo gallego lleva demasiado tiempo a la deriva. Es un partido sin proyecto, sin un discurso propio reconocible. Una formación que se apunta a lo que sea con tal de que suene suficientemente populista. El estilo Caballero.

Batir algunos records en los deportes colectivos es especialmente complicado. Requiere una química especial en el equipo y un líder único en su generación. El PSdeG tiene los ingredientes adecuados para conseguir la hazaña. Un vestuario lleno de viejas inquinas y facturas pendientes y sobre todo tiene a Abel Caballero al mando. Y él nunca defrauda.