TRÁFICO

Reflectores azules para mantener a los animales a raya

Galicia es una de las comunidades donde más siniestros por el cruce de animales en la carretera se registran. En Lugo ya es la principal causa de accidente

P. A.

Más de la mitad de los conductores gallegos se han cruzado alguna vez con un animal en la calzada. Lo más común, explican los expertos, es intentar salir indemne de esta situación dando un volantazo, pero —advierten— maniobras de este tipo pueden hacer perder el control del vehículo y acabar en tragedia. Los jabalíes y los corzos son las especies que más peligros generan en una Comunidad donde, cada día, se contabilizan cinco siniestros por cruce de animal. En Lugo esta realidad ya es la principal causa de accidente por delante de otras como los despistes o las imprudencias al volante. De ahí que algunas asociaciones se hayan puesto manos a la obra para idear métodos que mantengan a los animales a raya y les impidan invadir los viales. Una de las técnicas más efectivas —probada en países como Suiza, Alemania o Luxemburgo— pasa por alejar a estos intrusos del asfalto a través del uso de reflectores azules. Desde la plataforma «Libera» explican que este color es prácticamente inexistente en la naturaleza, por lo que tanto los animales salvajes como los domesticados que han sido abandonados «huyen al ver una tonalidad completamente ajena a su entorno».

Las estadísticas revelan que, al margen de la fauna salvaje, en muchos casos detrás de este tipo de accidentes se esconden especies como perros, vacas o caballos. Para los casos en los que los animales causantes de un siniestro vial tienen dueño, la Fiscalía prevé no sólo sanciones de carácter económico sino multas de cárcel. «Si alguien abandona un perro en la gasolinera de un autopista que no tiene otra salida puede crear un riesgo para la seguridad vial y eso es un delito doloso», expuso en su día el fiscal de Seguridad Vial de Galicia.

Estas desagradables sorpresas generan al cabo del año un gasto de 16 millones de euros que muchas asociaciones de conductores censuran. Lo más grave, al margen de los cuantiosos destrozos, es que en muchas ocasiones los conductores tratan de evitar al animal y acaban saliéndose de la vía e incluso perdiendo la vida. Las estadísticas de la DGT revelan, a propósito de esta situación, que desde el año 2010 los siniestros viales provocados por animales (en muchas ocasiones perdidos o en busca de comida) han sufrido un notable incremento. En el caso gallego, hay determinados lugares en los que este fenómeno es más habitual. Un ejemplo es la autovía que enlaza Orense con Santiago y en la que fue sonado el impacto que el vehículo del presidente de la Xunta sufrió contra dos jabalíes que se cruzaron en su trayectoria en 2011. En ella se registran a menudo episodios de animales que cruzan de un lado a otro la calzada ante la sorpresa de los conductores que circulan por ella, pero no es la única.

Una efectividad del 70%

En 2013, un joven de 24 años murió en un accidente de tráfico ocurrido en la A-52 a causa por la irrupción de una manada de jabalíes en la carretera y hace tan solo dos días, otro jabalí irrumpió en la autovía, a la altura de la localidad orensana de Cualedro, y causó daños a cuatro vehículos. En el caso de los perros, la entrada de uno de estos canes perdidos en una autopista gallega costó a la concesionaria una multa por valor de 3.337,17 euros después de que un usuario la denunciase por haber puesto su vida en riesgo.

Desde «Libera» defienden que la implantación de reflectores azules podría reducir el número de accidentes por cruce de animales en las vías gallegas hasta en un 70 por ciento y explican que un kilómetro de «vía segura» costaría una media de 4.500 euros.

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