Coronavirus Lugo
El turismo de A Mariña se repone a un «julio negro»
Las ocupaciones hoteleras de la comarca remontan alrededor de un 60% en agosto tras dejar atrás el brote y las medidas de aislamiento
Poco a poco, y salvando las enormes distancias en comparación con temporadas de años anteriores, el turismo de A Mariña enfila la senda hacia la nueva normalidad. Tras un julio catastrófico a causa del brote que llegó a dejar más de 200 positivos y mil personas en cuarentena en diversos municipios de la comarca, la afluencia de viajeros de otras comunidades ha conseguido remontar (aunque no recuperarse, matizan desde algunas asociaciones) de cara a agosto y alcanzar una cuotas de ocupación hoteleras de en torno al 60% para las dos primeras semanas . La cifra se encuentra a años luz de la habitual bonanza que riega la comarca por estas fechas, pero los hosteleros y comerciantes admiten que podría haber sido mucho peor. «No queda otra que adaptarnos a lo que hay», apuntan.
Apenados por la considerable repercusión mediática que tuvo el brote a nivel nacional, el gremio dedicado al turismo trata ahora de orientar sus esfuerzos a transmitir mensajes de tranquilidad y confianza a los visitantes . Son conscientes de que el verano como tal no podrá ser salvado en su totalidad, pero no dudan de que su labor una vez recuperada la calma consiste en hacer ver que todos los establecimientos cumplen a rajatabla las medidas de seguridad y que cualquier infracción, por mínima que sea, debe ser castigada con dureza y sin contemplaciones. En este sentido, la reapertura del ocio nocturno el jueves tras casi cinco meses de parón ha sido recibido con gratitud y jovialidad por parte de los hosteleros. «Todo lo que se pueda ir reabriendo es bueno para nosotros, pero no debemos olvidar en qué campo nos estamos moviendo. Con un individuo que haga las cosas mal de poco sirve que el resto nos volquemos», recuerda José Carlos Paleo, presidente de la Federación de Comercio de A Mariña lucense.
Con todo, existen matices. Paleo apunta que, de los catorce municipios que conforman la comarca, Burela ha sido la que peor parada ha salido . La localidad, de 9.000 habitantes, albergó el núcleo del brote y fue la última en salir de un aislamiento que se prolongó durante 16 días , lo que supuso que durante ese tiempo los comercios solo se nutrieran de los vecinos del pueblo en un mes clave para su economía. «Julio fue un mes muy flojo porque no podía entrar ni salir nadie. Ahora se ha notado cierta mejoría, pero aún así no está siendo lo que tenía que ser», valora por su parte Miguel Flórez, presidente de la Asociación de Comerciantes, Industriais e Autónomos de Burela. Aunque no maneja cifras exactas, calcula que el turismo en el concello ha remontado en agosto alrededor de un 75% respecto a julio.
La montaña desplaza a la costa
Quien sí cuenta por el contrario con porcentajes de ocupación no solo de A Mariña, sino también de toda la provincia, es José Francisco «Cheché» Real, responsable de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Lugo. Real destaca la gran demanda de la zona de montaña frente a la costa y parte del interior , que este año ha quedado en segundo plano a causa de la pandemia y el brote. Mientras que la ocupación en Lugo centro, A Mariña y Terra Chá se situó entre el 25 y el 42% en julio y no superará el 55% en agosto; la de Os Ancares, O Courel y Ribeira Sacra fue de en torno al 75% el pasado mes y en este llegará al 85.
Real, que cree el estallido del brote generó una espiral de alarma que contrajo las visitas no solo en la provincia de Lugo, sino también en toda Galicia («esto es igual que si hay un brote en una zona de Andalucía, muchos se quedarán solo con el nombre de la comunidad y descartarán Andalucía como destino») da el verano por perdido, pero confía en que el 2021, Año Santo, sea la tabla de salvación que permita recuperar definitivamente la normalidad turística en Lugo y en A Mariña.
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