Rajoy ve al PP la única respuesta a los que ponen en juego «el interés general»

Con el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy como invitado especial, el acto principal de campaña del PP en la provincia de Pontevedra, celebrado en un hall del auditorio Mar de Vigo lleno, y en el que se vieron aparte de las banderas del PP, España o Galicia, la de Venezuela, sirvió como conjura para llevar a Pablo Casado a la Moncloa este 10 de noviembre . Lo hizo Rajoy junto al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, con el que paseó previamente por Pontevedra. Hacía así el expresidente acto de presencia en su provincia y junto a su PP, el de Pontevedra, para remarcar la idea que el voto de centro-derecha se aglutine en la papeleta del PP para garantizar un «cambio de verdad» y que no «se tire el voto». En un discurso en el que recordó su pasado como dirigente en Galicia, y en el que aprovechó para mandar saludos y recuerdos para candidatos o militantes del partido, quiso reivindicar la historia del partido y el bagaje de sus líderes contra los que «venían que parecía que se iba a comer el mundo», por las fuerzas políticas de nuevo orden, a las que ahora las encuestas les dan unas expectativas muy menguadas. Quiso hablar asimismo de su labor durante la crisis económica de España, y la contrapuso con un PSOE, que bajo su actual mandato, ha visto como ha subido el paro en 100.000 personas el último mes. Es por eso que no se debe votar el domingo «para darse el gusto» apostando por Vox o Ciudadanos, sino a Pablo Casado, porque «las cosas no van bien en España en este momento» y «el interés general del país está en juego».

Insistió durante toda su alocución en poner en valor esos años de Gobierno y en recordar su legado: si con el Ejecutivo de Sánchez las cosas «no han ido a peor», destacó, es porque se mantienen prorrogados los presupuestos de su Gobierno y se mantienen las reformas populares. Porque la crisis «no cayó del cielo», sino porque se hicieron las cosas «mal» bajo la batuta del PSOE. Y para que un Gobierno socialista no pueda seguir al cargo en una situación económica que se avecina difícil, Mariano Rajoy quiere en el poder a unos dirigentes que no vivan «de las rentas» y que encabecen una acción de Gobierno que «no tome el pelo a la gente».

Por su parte, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, colocó el foco en el debate de la noche del lunes, para sobre todo criticar el «relato de ficción» del «astronauta [Pedro] Sánchez», que es un presidente «equidistante» entre constitucionalistas e independentistas y que no fue capaz durante el evento televisivo de dar respuestas: ni si va a pactar «con Podemos e independentistas» o si va a «subir impuestos». El motivo es que se «toma a broma a los 47 millones de ciudadanos».

El presidente del PPdeG volvió a subrayar lo ya dicho en jornadas anteriores y que también mencionó Rajoy: la necesidad de unir el voto de derecha, para que los votos se concentren en el PP y no vayan a un Ciudadanos o Vox que las encuestas no les da representación. Porque, aseguró Feijóo, no solo cogiendo la papeleta del PSOE se vota socialista: también quedándose en casa, votando a Galicia en Común, a Vox o Ciudadanos. El titular autonómico fue mucho más explícito que Rajoy a la hora de citar a sus adversarios pero los dos sí que apelaron directamente a los votantes. Hubo espacio para recordar la acción del Ejecutivo central con Galicia, una comunidad a la que Sánchez «le trincó el dinero». Es por eso que es un «moroso, ya que no se puede ser un presidente debiendo pasta a todo el mundo», dijo, para subrayar que no se dan soluciones para los problemas de la industria, con Alcoa o As Pontes en el punto de vista.