CORONAVIRUS
La quinta ola languidece en Galicia gracias a la vacunación masiva
La inoculación ataja los contagios con la incógnita de si una nueva cepa dará otro «revolcón» a la Comunidad
La pandemia se ha cobrado la vida de 2.604 personas en la región y más de 174.700 pacientes han superado el virus
Galicia capea los que parecen los últimos estertores de la quinta ola, felizmente amortiguada, en lo que a su letalidad se refiere, por la vacunación masiva. Hace unos días, con cierta solemnidad, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, dio «por concluida» esta quinta ola , que ha afectado especialmente a los jóvenes –menos vacunados–, aunque los expertos prefieren no lanzar las campanas al vuelo. «Me parece anticiparse mucho, yo no la daría por terminada», valora en una conversación con ABC el epidemiólogo Juan Gestal, ex director general de Salud Pública de la Xunta.
Lo que sí parece claro es que el pico de esta quinta ola ha quedado ya atrás. Con fecha 30 de julio, eran 19.435 los contagiados activos y 262 los hospitalizados –36 de ellos en la UCI–. A día de hoy –con datos del pasado sábado– se contabilizan 3.754 pacientes con infecciones activas , de los que 109 están hospitalizados –40 de ellos en la UCI–. Pero como observa el profesor Gestal, esta última ola está remitiendo «muy lentamente». Aunque el número de positivos activos se ha desplomado, la cifra de pacientes hospitalizados no se está reduciendo al mismo ritmo.
Con la quinta ola cuando menos controlada, con el verano finiquitado y el curso arrancando ya, no es mal momento para echar la vista atrás sobre una pandemia que en Galicia se ha cobrado la vida de 2.604 personas , de un total de 181.052 contagiadas. En todo caso, Galicia es la comunidad peninsular –las islas se mueven en parámetros distintos– con la que menos se ha cebado el virus. Las razones son múltiples. La dispersión de su población, por ejemplo, entorpece la transmisión del Covid-19. Pero también tiene culpa de ello, según valora el profesor Gestal, la «buena gestión» que, «aun con sus fallos», ha llevado a cabo durante toda la pandemia la Consellería de Sanidade de la Xunta.
La primera ola
Con todo, la sacudida sanitaria y sus consecuencias socioeconómicas han sido enormes también en la Comunidad. El azote de la primera ola, allá por la primavera de 2020, fue terrible en España. Y en Galicia, aunque su propagación fue más tardía, sus efectos también fueron devastadores. Tomando como referencia los datos del 9 de abril de 2020 –cuando el estado de alarma llevaba ya casi un mes vigente–, Galicia contabilizaba 5.481 casos activos diagnosticados, de los que 794 estaban hospitalizados –154 de ellos ingresados en unidades de cuidados intensivos– . En la misma fecha, la incidencia acumulada de las últimas dos semanas era en Galicia de 70,29 casos por 100.000 habitantes. La media de España, en cambio, era de 182,09. Más del doble que en la Comunidad.
Una constante se repetía entonces tanto en Galicia como en el resto de España: la letalidad del Covid en las personas mayores , especialmente en las residencias de ancianos. Algunas tuvieron que ser intervenidas. Una sangría con respecto a la tercera edad que sería característica también de las siguientes olas, y que no se contendría hasta casi un año después con la generalización de las vacunas.
El estado de alarma, los cierres perimetrales y el toque de queda consiguieron contener la pandemia hasta el verano. Pero a finales de junio del 2020, pese a que la pandemia seguía golpeando, el Gobierno de Sánchez decidió abrir la mano, de forma precipitada, para salvar la temporada estival. Puso entonces fin al estado de alarma, permitiendo la circulación libre por todo el país y liquidando el toque de queda, aunque manteniendo medidas como el uso obligatorio de mascarillas en interiores y exteriores y la limitación de horarios de la hostelería.
Un verano disparado
La curva de contagios comenzó a subir ya en el mes de julio, más aún en agosto, complicándose exponencialmente en otoño. El 25 de octubre el Gobierno promulgó un segundo estado de alarma –que, como avanzó ABC, ahora el Tribunal Constitucional estudia declarar inconstitucional–, igual que el primero–. España estaba entonces subida en la segunda ola, y Galicia no era ajena. El 7 de noviembre de 2020, por ejemplo, se contaban en esta Comunidad 10.368 contagiados activos , de los que 495 estaban hospitalizados, 84 en la UCI.
La ola navideña
Con el endurecimiento, nuevamente, de las restricciones, la virulencia del Covid se amortiguó y en poco más de un mes los casos activos en Galicia caían a la mitad. Si el 7 de noviembre la Comunidad contabilizaba, como se ha dicho, 10.368 casos, el 12 de diciembre los positivos se habían reducido a 5.637. En la recta final del año, sin embargo, con la flexibilización que los gobiernos concedieron para el reagrupamiento familiar navideño –movilidad, reuniones en interiores y relajación horaria–, los problemas se multiplicaron. A fecha del 29 de enero Galicia registraba 22.911 casos activos, de los que 1.121 estaban hospitalizados y 210 en la UCI. La vacunación entonces era anecdótica. Y la variante británica del virus, con mayor capacidad de contagio, ya reinaba, también en Galicia.
Fueron las semanas más críticas. Luego, aunque lentamente, la progresiva vacunación redujo los contagios, y, sobre todo, y más importante, la letalidad del virus. La cuarta ola en Galicia pasó casi desapercibida y el 4 de mayo contabilizaba 3.136 positivos, de los que 165 estaban hospitalizados y 47 en la UCI. En tres meses las vacunas dividieron por siete los contagiados y hospitalizados, dejado los críticos en menos de la cuarta parte.
La ola 'juvenil'
Y llegó el verano y un macrobrote en Mallorca, ramificado luego a otras comunidades, encendió de nuevo las alarmas. Fue solo el comienzo. La mayor interacción de los jóvenes, y el hecho de que fuese la población menos vacunada, los convirtió en la diana del virus. Un total de 19.435 contagiados había registrados a día 30 de julio , unos guarismos similares, en los genérico, a los de la virulenta tercera ola. Sin embargo, el efecto de las vacunas sobre la población más adulta, la de más riesgo, era evidente. Pese a dispararse los casos, el número de hospitalizados y de críticos, como se ha dicho, se mantenían en 226 y 36, respectivamente.
¿Sufriremos una sexta ola? Hay mucha incertidumbre al respecto, pero el profesor Gestal advierte: «Siempre puede venir una nueva variante que nos dé un revolcón» .