Una puerta abierta al empleo con discapacidad
Galicia ha logrado multiplicar por 2,5 en una década el número de puestos en centros especiales. La Xunta paga la mitad del salario mínimo de cada uno de los 3.500 trajadores
Daniel Ares descubrió a los 20 años que tenía una enfermedad de nacimiento en su cadera. Le concedieron una discapacidad del 38% que no le ha impedido convertirse en un experto en recambios de vehículos. Sabe hasta qué piezas comparten los modelos diferentes. Ares es el coordinador de Trameve, un centro especial de empleo que se dedica al desguace ecológico en Santiago . Sus 15 empleados cuentan con algún tipo de discapacidad. En Galicia la cifra de personas contratadas en estos centros ha logrado multiplicarse por 2,5 en la última década , pasando de 1.296 a 3.394.
«Las personas con discapacidad somos iguales, solo pedimos que nos den la oportunidad de demostrarlo , que nos abran la puerta», sostiene José Antonio Vázquez Freire, presidente de Gegasal (Asociación Empresarial Gallega de Centros Especiais de Emprego Sen Ánimo de Lucro). Cegasal cumple 25 años en 2022 y durante este tiempo las cosas han ido mejorando. «Nacimos no por un espíritu empresarial, sino por una necesidad. Las personas con discapacidad no llegaban al mercado laboral, era imposible », recuerda Vázquez.
Los centros especiales de empleo se crearon por una ley ya en 1982. Son empresas en las que al menos el 70% de la plantilla tiene que tener alguna discapacidad. Los hay de dos tipos. Pueden ser sin ánimo de lucro , como los 32 que tiene en Galicia Cegasal, en los que los beneficios se destinan a crear nuevos puestos de trabajo, mejoras tecnológicas o la formación de los empleados. La ley también permite que tengan ánimo de lucro y que sus propietarios puedan quedarse con los beneficios. Pese a los avances, Ares cree que las personas con discapacidad siguen teniéndolo más difícil para lograr un empleo. Para él, empresas como Trameve son «una oportunidad para mucha gente que no encuentra trabajo fácilmente». Luis Penido, gerente de Trameve, se muestra convencido de que lo que «marca la diferencia» en las personas con discapacidad que acceden a un puesto suelen ser las «ganas y la actitud».
Cegasal tiene actualmente a 1.842 personas con discapacidad contratadas en Galicia. El reto para los próximos años es mejorar la inserción de las personas con enfermedad mental y las mujeres del rural . Su presidente asevera que el apoyo de la administración autonómica ha sido clave. «El trabajo de la Xunta hacia los centros especiales de empleo solo puedo definirlo con una palabra, ejemplar. Eso no quita que a veces en conversaciones tengamos tensiones», indica Vázquez Freire. La contratación de estas personas cuenta con diferentes ayudas públicas. Al tener el certificado de discapacidad, los empresarios están exentos de pagar las cuotas a la Seguridad Social del trabajador. Además, la Xunta concede unos 6.650 euros al año (la mitad del Salario Mínimo Interprofesional) por cada trabajador . La ayuda puede llegar hasta los 7.980 para los casos de especial dificultad de inserción laboral. En el periodo 2021-2022, la administración gallega tiene reservados 17,7 millones de euros para este fin . Junto con las cuantías previstas para otros dos programas —el fomento de contratos indefinidos o para la creación de unidades de apoyo a la actividad profesional— la cuantía total ascenderá a 20 millones de euros, un 16% más que en la anterior edición .
Desde Cegasal valoran también la creación de una mesa de seguimiento de contratos reservados para personas con discapacidad. «No existe en el resto de España», subraya su presidente. Por ley todas las administraciones deben reservar entre el 5 y el 7% de sus puestos a este colectivo. Pero no todas lo cumplen. Vázquez Freire se muestra satisfecho, además, con la decisión del Gobierno gallego de romper ese techo del 7% para el próximo ejercicio , aprobado ya en la ley de acompañamiento de los presupuestos de la Comunidad. En enero se reunirá la mesa para determinar el porcentaje exacto para 2022. El presidente de la asociación empresarial de centros especiales de empleo subraya que la Xunta está cumpliendo con los porcentajes legales establecidos, pero denuncia que «las administraciones locales, salvo honrosas excepciones, no la cumplen».
Falta de ética
El presidente de Cegasal se muestra también crítico con los centros especiales de empleo con ánimo de lucro. Aunque la ley los contempla, Vázquez Freire asevera que en muchos casos sirven para conseguir «mano de obra barata y hacer negocio» . Reconoce que es una forma de generar empleo, pero en su opinión, recalca, «no tienen ética». Además explica que un informe encargado por Cegasal demostró que los centros de iniciativa social «generaron 670 puestos de trabajo más que los que tienen ánimo de lucro».
Daniel Ares pasa su jornada laboral entre los más de 100.000 recambios de coches que atesora la nave de Trameve. Valora que la empresa se adapte a sus necesidades y cuando le duele la cadera le permita hacer tareas de oficina.
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