Debate de la Autonomía
Feijóo plantea una «recuperación a la gallega» que presenta amenazada por el Gobierno de Sánchez
Advierte contra «una nueva reconversión industrial, hecha a las bravas mediante decisiones equivocadas e insensibles» que tiene en jaque a Alcoa, Ence, Navantia, las electrointensivas y las empresas en terreno de Costas
Censura la falta de participación de las Comunidades en la gestión de los Fondos Next Generation y previene contra un modelo de financiación «a la medida» de los secesionistas catalanes
El PSdeG se negó a retrasar cinco días el debate por la muerte del conselleiro de Facenda
En un ambiente triste, marcado todavía por la repentina desaparición de Valeriano Martínez, Alberto Núñez Feijóo ha afrontado el debate de la autonomía poniendo sobre la mesa una «recuperación a la gallega» para sobreponerse a los efectos de la pandemia , «una recuperación justa de verdad» que «incorpore plenamente a Galicia a los caminos del progreso sensato». Y ese objetivo está amenazado, según ha advertido, por la gestión de un Gobierno de España que «sigue incrementando el gasto público» y la deuda de manera preocupante, que está abierto a aprobar un nuevo modelo de financiación autonómica «a la medida de las demandas secesionistas», y que con su política energética y ambiental está a propiciar «una reconversión industrial hecha a las bravas mediante decisiones equivocada e insensibles» .
Ha sido la de Feijóo una intervención muy condicionada por su estado de ánimo: más apagada, sin el empuje de otras veces. Una ausencia de ánimo que ha encontrado réplica incluso en su grupo parlamentario, menos dispuesto al aplauso que en otras ocasiones. Y no porque el presidente no acudiera al debate con un puñado de anuncios bajo el brazo : gratuidad total de escuelas infantiles a partir del primer hijo, un nuevo modelo de residencias para mayores a partir del próximo año, bajadas de impuestos en el Orzamento que se aprobará inicialmente la semana próxima , una actualización del plan de rescate a las empresas golpeadas por la pandemia, la apuesta por instalar en Lugo una fábrica de fibras textiles con cargo a los Next Generation, la creación de una delegación de la Xunta en Ferrol o un precio único para el billete del autobús urbano.
Núñez Feijóo ha expuesto como una de sus principales preocupaciones el actual contexto político en España. «Tenemos de todo menos cogobernanza, pero lo que es peor, tampoco hay gobernanza» . El presidente gallego ha denunciado «el desgobierno y la arbitrariedad» con que el Ejecutivo central está gestionando el maná de los fondos Next Generation, donde el margen para la gestión real de las Comunidades es mínimo. Según sus cálculos, «Galicia está recibiendo 610 millones menos de los que deberíamos recibir si hubiera un reparto justo» de fondos europeos y Covid, pero es que además «están obteniendo más recursos aquellas comunidades con mayor renta per cápita».
A falta de leer la letra pequeña de los Presupuestos Generales del Estado, Feijó ha mostrado su preocupación porque la receta del Gobierno sea el incremento del gasto público y «un esfuerzo de contención en los próximos años» para «compensar un desfase presupuestario de 123.000 millones de euros». «¿Cómo se va a hacer?», y ha señalado algunas propuestas del Ejecutivo, como «una posible subida indiscriminada de impuestos, un hipotético retraso de la edad de jubilación o proyectos para imponer peajes o una cuota anual en todas las carreteras». «Queremos que los anuncios de hoy no sean crisis para mañana», ha reclamado, «si la fórmula es más deuda y más impuestos, creo que así gobierna cualquiera» . Frente a esta postura, ha anunciado --aunque sin entrar en detalle-- que las cuentas gallegas de 2022 recogerán una bajada tributaria.
Financiación a la carta de secesionistas
Los dineros procedentes de Madrid han centrado el grueso de las críticas de Feijóo, principalmente por lo que entiende que es una inminente reforma de la financiación autonómica pensada para contentar a los socios secesionistas del Gobierno y no las necesidades de los territorios. «Es la primera de nuestas preocupaciones», ha confesado, y para la que Santiago de Compostela acogerá el próximo 2 de noviembre una cumbre de ocho presidentes autonómicos que fragüe un frente común. Los mandatarios de Asturias, Aragón, Castilla y León, Castilla La Mancha, La Rioja, Cantabria, Extremadura y Feijóo como anfitrión fijarán una posición«que no va contra nadie, y que está abierta a todos». «El enfrentamiento real radica entre los que queremos diálogo multilateral y los que quieren otro a su medida» .
«Tememos que el mal llamado diálogo con los independentistas haga imposible cualquier otro modelo de financiación que no satisfaga plenamente a los partidos separatistas», ha expresado, «las gratificaciones que puede ofrecer el Gobierno no tiene ningún afán de reconstruir nada, entre otras cosas porque si algo tiene el independentismo es que, a la hora de pedir contrapartidas, es insaciable» .
No es la única zancadilla que ha atribuido al Ejecutivo, al que también ha responsabilizado de promover «una política energética que está generando un desmantelamiento de nuestro tejido industrial», con amenazas abiertas para la continuidad de Alcoa y las electrointensivas, las centrales de Meirama o As Pontes, Ence, las industrias en terrenos de Costas o la falta de carga de trabajo en Navantia. «Casi 17.000 empleos en peligro de extinción», ha advertido, «esto no es una transición justa, es toda una reconversación industrial hecha a las bravas mediante decisiones equivocadas e insensibles». «Costes energéticos desbocados», «una transición ecológica apresurada y centralista», y «una ecología interpretada como oposición radical e infundada a cualquier proyecto», ha sintetizado.
Aquí ha aprovechado para dejar sobre la mesa dos anuncios más: solicitar una Zona Franca en Ferrol, donde la Xunta además abrirá una delegación territorial; y proponer que la fábrica de fibras textiles que aprovechará los fondos europeos «se emplace en la provincia de Lugo». Además, ha reclamado la intervención pública de Alcoa para su posterior venta a los inversores interesados.
Servicios públicos
En el diagnóstico de los servicios públicos, Núñez Feijóo ha pasado de puntillas por algunas de las debilidades del sistema. En la sanidad ha defendido el incremento de personal que está «en máximos históricos», pero no ha mencionado las listas de espera o el colapso de la Atención Primaria. Eso sí, ha reclamado que el Gobierno elimine la tasa de reposición para que el Sergas pueda sacar a concurso el total de 3.500 plazas disponibles y no las 1.200 autorizadas por el momento. Ha reivindicado su compromiso por una Primaria «más ágil, más útil y más próxima» , y ha puesto como ejemplo que a día de hoy «representa prácticamente un tercio del total del gasto sanitario». Aquí, una novedad: «la implantación de una octava área sanitaria, de salud digital», que desarrollará «un modelo de centro sanitario virtual, con el uso de Big Data, Inteligencia Artificial e internet de las cosas».
Alberto Núñez Feijóo ha aprovechado para avanzar algunas novedades que incluirá el nuevo modelo de residencias sociosanitarias, que entró en reforma tras exhibir sus debilidades durante la pandemia. Según ha dicho, «todas las nuevas residencias deberán estar divididas en unidades de convivencia de 25 personas como máximo» , que servirán «como oequeños hogares dentro de cada centro». «Quien quiera o tenga que vivir en una residencia, contará con una atención especializada y adaptada a sus necesidades».
El discurso tuvo, lógicamente, mucho de balance de lo hecho en la gestión de la pandemia desde la competencia autonómica. «Estamos en el punto más próximo al que teníamos en febrero de 2020», ha incidido, «se ve, ahora sí, la luz al final del túnel» , y tendrá como consecuencia el ya anunciado levantamiento de la situación de emergencia sanitaria decretada en marzo del año pasado, que se efectuará la próxima semana. Feijóo tuvo un doble recuerdo, «primero de todo para las víctimas del coronavirus, las 2.643 que se perdieron para siempre y las que permanecen entre nosotros con secuelas de todo tipo», y también para «las personas no vacunadas», concretamente el colectivo de menores de 12 años a la espera de una decisión científica que avale su inmunización y «a aquellos que voluntariamente decidieron no vacunarse», «movimientos antivacunas que tienen poco espacio en nuestro país».
Por último, una reivindicación de la «moderación» política en una España marcada por la confrontación entre polos ideológicos. «¿Dónde encontrar un contrapunto, una esperanza?», se preguntó, «una respuesta va a seguir estando en Galicia». «Moderación no es actuar siempre con tibieza, es ser comedidos cuando toca y audaces cuando se necesita» , ha definido frente a un populismo que «le vende a la gente paraísos que no existen, porque una vez que esto queda al descubierto, se genera una gran fustración».
Recuerdo a Valeriano Martínez
Este era un debate de la autonomía que no se debía haber producido, al menos este miércoles. No hace ni una semana que fallecía el conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, mientras trabajaba en su despacho. La sesión parlamentaria ya estaba convocada. Durante los días de luto oficial, tres según decretó el Consello de la Xunta de la pasada semana, el PP contactó con la oposición y planteó a PSOE y BNG retrasar cinco días el debate . Cinco. Los nacionalistas dieron su visto bueno, los socialistas se negaron. De ahí que el presidente de la Xunta no haya ocultado su malestar en el arranque de su intervención, agradeciéndole el gesto y la disposición a Ana Pontón y haciendo una estruendosa omisión con el socialista Gonzalo Caballero. El socialista ha explicado después que él replicó con llevar el debate al 2 de noviembre, después de las primarias del PSdeG, retraso que no fue considerado por el PP.
Con rostro serio, corbata oscura, Núñez Feijóo ha dedicado con voz entrecortada sus primeras palabras a la memoria del conselleiro de Facenda. Frente a él, su escaño vacío , solo ocupado por una hortensia blanca y dos ejemplares del Estatuto y la Constitución. El presidente gallego ha manifestado un agradecimiento general «en nombre del gobierno gallego y de los funcionarios» por las condolencias recibidas «desde distintos ámbitos ideológicos», lo que demuestra que Valeriano Martínez «era querido y respetado» . «Sin duda todo merecido por alguien que dedicó toda su vida profesional a trabajar por Galicia», ha añadido.
La intención del gobierno gallego era retrasar el debate para, como ha reconocido Feijóo en su intervención, «recomponer previamente el gobierno y cerrar, en el plazo legal establecido, los presupuestos» de la Comunidad». «En fin, lo que entendíamos prioritario en estos momentos, aunque finalmente se mantuvo la fecha prevista», ha lamentado. Pese a todo, «Galicia vuelve a afrontar el debate del estado de nuestra autonomía cuando le corresponde y tendrá los presupuestos para 2022, que hace siete días ya estaban prácticamente listos» , cuando falleció el encargado de elaborarlas.
«Este no es un debate convencional» , ha seguido, «desde luego para los miembros del gobienro, para los diputados del PP, no lo puede ser», y ha reconocido que «tampoco en las bancadas de la oposición las circunstancias son sencillas», aunque no ha hurgado en los procesos internos de BNG y PSOE, que tiene a sus respectivos líderes en una situación de cuasi interinidad. «Valeriano era un servidor público, era servicio público» , ha terminado su intervención matinal, «le regaló su inteligencia a nuestra comunidad hasta el último día, con la fe de los que saben que los únicos límites de Galicia son los que Galicia se quiera marcar». Con la voz quebrada, dio las gracias y cerró su carpeta hasta retomar la sesión por la tarde.
Réplicas
En la contestación a los portavoces de la oposición se ha recuperado a un Feijóo más combativo y enérgico, lanzándoles el dardo de que sus intereses estaban en sus procesos internos y no en Galicia. Al PSOE le ha atacado con dureza por su seguidismo del Gobierno de España en la gestión de la pandemia, cuando su papel fue «ponerle pegatinas a las cajas de vacunas» que venían de la UE «y vacunar a la población de Ceuta y Meilla».
Pero su encarnizamiento ha sido con el BNG, al que le ha reprochado que repitan «la trola de que vamos a subir el precio de la factura del agua» o propongan «una tarifa eléctrica gallega que no existe en ningún sitio» y que carecería de «fundamentos jurídicos». «El suyo es un nacionalismo de importación» , le ha echado en cara a Pontón por sus acuerdos con Bildu y ERC, y preguntó directamente si han abandonado la reclamación de un referéndum de autodeterminación para Galicia. «Todo lo que no sea seguir el catecismo del BNG es privatizar» , ha ironizado, y ante la acusación de que su gestión está empequeñeciendo la autonomía, Feijóo ha recordado que «la Galicia más grande es la que vota libremente», y ahí están sus 42 diputados.
«En las bancadas azules hay un gran equipo, probablemente el gobierno con más experiencia de toda España» , ha defendido con orgullo, «nosotros veníamos a este debate a sumar», ha finalizado su réplica a modo de deseo. Las propuestas de resolución evidenciarán la vocación real del conjunto de los partidos. Pierdan toda esperanza.