José Luis Jiménez - PAZGUATO Y FINO
PSdeG: Cartas boca arriba
Gonzalo Caballero es un maniobrero más de un partido aburrido de apaños en despachos
Los tres jugadores en la partida de póquer que debe dirimir el futuro del PSdeG han enseñado su primera mano de cartas. Y resulta que dos de ellos estaban compinchados para derrotar al tercero, el supuesto «candidato de los barones», a la sazón Villoslada. El pacto de Gonzalo Caballero y Fernández Leiceaga no por previsible —ya fueron de la mano hace un año para hacer al segundo candidato a la Presidencia de la Xunta— deja de ser llamativo, y echa por tierra esta cháchara de la transparencia y los nuevos modos que el sobrinísimo gasta en sus filípicas. Es un maniobrero más, criado en las faldas de un partido aburrido de apaños en despachos, por más que se erija en el señalado por Pedro Sánchez para liderar el PSdeG —atribución autoasumida, en absoluto real—.
Llegados a este punto, caben múltiples hipótesis en el revuelto corral socialista. La primera es que muy poco debe gustarle la docencia universitaria a Leiceaga si ansía a cualquier precio seguir en política para evitar volver a las aulas. O eso, o es que sus avales eran más prestados que propios y temía lograr en las primarias menos votos que apoyos iniciales. Su ciclo, tras el mal resultado de las autonómicas, está concluido, a pesar de que el PSdeG pierda a un portavoz sensato y moderado.
La segunda es que mucho respeto debe imponer Villoslada para que Caballero, el que logró más avales, intente por todos los medios dar sensación de robustez de cara a la militancia, y así intentar desequilibrar la contienda a su favor. Eso, sin que los barones lo hayan apadrinado hasta el momento, quizás conscientes de que las exhibiciones de fuerza acaban siendo castigadas por la base — véase Susana—.
Recta final en el PSdeG. Y la elección ya es solo entre dos. Sin entusiasmar ninguno de ellos, uno ya exhibe destrezas para maniobrar en la oscuridad. Ahí es nada.