Prisión para la familia acusada de explotar indigentes en La Coruña

Los dos hombres reciben hasta 36 años de prisión, mientras que sus parejas no alcanzan los dos años

Imagen tomada por la Policía Nacional del espacio donde los indigentes eran retenidos ABC

A. C.

Los dos hombres acusados de explotar indigentes en la localidad coruñesa de Culleredo han sido condenados a penas de 36 y 35 años y seis meses de prisión , mientras que sus mujeres recibieron penas de un año y de seis meses. La Audiencia Provincial de La Coruña considera probado que al menos entre 2011 y 2015 , los varones «decidieron poner en práctica un plan que consistía en ganarse la confianza de personas en riesgo de exclusión social y que, además, presentaban limitaciones física o psíquicas para ofrecerles la posibilidad de colaborar con ellos en una serie de trabajos inicialmente no concretados y con unas condiciones económicas tampoco precisadas», según informó el Tribunal Superior de Xustiza.

En realidad, según la sentencia, el objetivo era que, una vez engatusados, eran forzados a trabajar «sin abonarles remuneración alguna, alojándolos en habitáculos en condiciones higiénicas lamentables, persiguiendo además quedarse con las pensiones o ayudas públicas que estas personas percibían o pudiesen llegar a percibir». Concluye asimismo que las víctimas eran maltratadas no solo física, sino también psicológicamente para así imponer su voluntad, logrando de esta manera que estas personas, a pesar de desear poner fin a esta situación, no se atreviesen a hacerlo por el miedo que sentían hacia ellos», añade. No obstante, los magistrados de la sección segunda de la Audiencia coruñesa entienden que el ambiente que rodeaba a los afectados «era tal que les impedía tomar decisiones por sí mismos» .

La descripción de lo ocurrido se traduce, por los dos hombres, en cuatro delitos de trata de seres humanos y otros cuatro de imposición de tratos degradantes . Las condenas son inferiores a lo solicitado inicialmente por la Fiscalía. Las esposas de los acusados —los cuatro pertenecían a la misma familia— son sentenciadas por un delito de tenencia ilícita de armas y por imposición de tratos degradantes .

Durante el juicio, los procesados se defendieron alegando —como recuerda — que las víctimas eran «libres» y estaban junto a ellos por su propia voluntad . Defendieron que tan solo les «echaban una mano», una versión que no ha convencido a los jueces.

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