INCENDIOS FORESTALES
Los últimos fuegos confirman que la ola incendiaria se extiende a octubre
Solo en los primeros ocho días de este mes se han quemado alrededor de 500 hectáreas, una cifra que ronda la de junio, julio, agosto y septiembre juntos
Lejos de simbolizar el punto final de la campaña antiincendios, octubre empieza a perfilarse como un mes capaz de dar al traste con el verano más benevolente . Los gallegos conocieron su cara más negra el pasado año, cuando cuatro personas perdieron la vida durante una ola de incendios que arrasó 50.000 hectáreas en apenas dos días. Hace ahora un año, en Galicia se llegaron a contabilizar hasta 264 fuegos que se propagaron al amparo del huracán «Ophelia», dejando a su paso un reguero de cenizas y desolación. Lo ocurrido en el municipio pontevedrés de As Neves, que vio consumirse el 90 por ciento de su superficie en cuestión de horas, resume la trágica estampa.
Ese otoño negro de 2017 empató con un invierno sin sobresaltos , que a su vez dejó paso a una primavera con un mes de mayo más movido. Atendiendo a los datos de Medio Rural —que solo informa de fuegos de más de 20 hectáreas— en mayo de este año se quemaron unas 200 hectáreas de monte en varios incendios localizados en las provincias de Pontevedra y Lugo. Pero con la campaña antiincendios en marcha, y en pleno mes de julio, llegó —paradójicamente— la calma.
Volviendo a la misma fuente, durante los meses de junio y julio no se produjeron fuegos de entidad en Galicia. Y si lo hicieron fueron conatos o incendios de menos de 20 hectáreas que no tardaron en ser atajados. Hubo que esperar a finales del mes de agosto para que las llamas volviesen a ser noticia en la Comunidad, que este verano contó con un despliegue de medios que incorporó una red de videovigilancia forestal dotada con 88 cámaras y 7.000 efectivos. Agosto, tradicionalmente uno de los meses malditos para el monte, se cerró con unas 100 hectáreas de superficie forestal quemada. Septiembre, por su parte, repuntó y dejó un balance que a falta de cifras oficiales ronda las 400 hectáreas. Se trata casi de las mismas que, en solo una semana, se ha apuntado el mes de octubre.
Los municipios coruñeses de Ortigueira (20) y Rianxo (otras 20) fueron los primeros en sumar superficie quemada a un octubre recién estrenado. El relevo se lo dieron las localidades orensanas de Nogueira de Ramuín y Muíños , donde en el mismo día —la jornada del pasado 5 de octubre— prendieron dos virulentos fuegos. El primero de ellos tardó más de un día en ser extinguido y calcinó 173 hectáreas, un saldo que lo convirtió en el peor del verano en la zona. El de Muíños, de mucha menor dimensión, arrasó 20 hectáreas en pleno parque natural de O Xurés.
Intencionalidad
Con el suelo aún incandescente, los alcaldes de ambos municipios coincidieron al señalar que estos fuegos fueron «intencionados» . «Parece que alguien tiene ganas de rematar el trabajo. No se puede acusar sin pruebas claras, pero sospechas las tenemos todos. Siempre hay caprichos, malas intenciones ... alguien se está encargando de cargarse la comarca», se lamentó el regidor de Muíños al recordar que esta misma zona ya ardió el pasado año. En sintonía con su homólogo, el alcalde de Nogueira explicó que estaba «claro» que el origen de las llamas fue intencionado. « Prendieron en tres focos, pasadas las 9 de la noche , e hicieron como un círculo. No vimos quién lo hizo, pero para mí y para la gente que estábamos allí está claro que fue intencionado porque los tres focos estaban a unos 300 metros en línea recta y acabaron juntándose en un solo fuego» reveló el regidor sobre uno de los peores incendios de lo que va de año .
La intencionalidad de los fuegos —que está detrás de tres de cada cuatro incendios forestales que se declaran en Galicia— también parece obvia en el incendio que este domingo obligó a decretar el nivel de alerta 2 en Mondariz por la proximidad de las llamas a las casas . A pie de monte, el titular do Medio Rural y posteriormente el vicepresidente de la Xunta dejaron patente que la intencionalidad era la principal hipótesis. «Por desgracia, estamos acostumbrados a estas situaciones. No es ninguna casualidad. En cuanto se empieza a levantar el viento, de repente aparecen fuegos con varios focos, y [los presuntos incendiarios] saben que en poco tiempo se va a ir la luz y los aviones no van a poder volar », manifestó Alfonso Rueda.
Caldo de cultivo
Tras un verano especialmente seco, las rachas de viento que azotaron esta localidad pontevedresa durante el domingo complicaron la labor de los diez helicópteros y dos hidroaviones que apoyaron desde el aire a las 46 brigadas que trataron de plantar cara a las llamas. Al obstáculo del viento se sumó la humareda negra que levantó y que impedía a los efectivos ver el terreno que pisaban durante la noche. Las complicaciones para atajar las llamas y la velocidad a la que el fuego avanzaba hacia uno de los núcleos de población del concello obligaron a desalojar a un centenar de vecinos que a primera hora de este lunes ya habían regresado a sus casas. Además, las labores de enfriamiento permitieron dar por controlado el fuego pocas horas después, lo que devolvió la tranquilidad a un pueblo en el que la mayoría de la población está compuesta por personas de edad avanzada, en muchos casos con problemas de movilidad.
Con el fuego de Mondariz ya bajo control, Galicia encara la segunda semana de octubre mirando al cielo . Montes secos tras un estío sin apenas precipitaciones y temperaturas que sobrepasan la barrera de los 20 grados en el norte y la de los 25 en el sur auguran un arranque veraniego que previsiblemente cambiará con las precipitaciones que barrerán la Comunidad a partir del jueves. Será la llegada definitiva del otoño la que marque el fin de la temporada de alto riesgo de incendios que este año, por primera vez y con el fantasma del pasado octubre aún sobrevolando, se prolongará hasta finales de mes.
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