Crisis del Covid
Coronavirus Galicia: la presión hospitalaria aumenta con pacientes «más jóvenes y con peor clínica»
Entran en vigor las restricciones que mantendrán a los gallegos seudoconfinados hasta el 17 de febrero

Desde hoy y hasta dentro de al menos tres semanas los gallegos pasarán a estar en una situación de seudoconfinamiento que recuerda mucho a la de la pasada primavera. Pero es que los datos, a punto de superar los del pico de la pandemia, también evocan esos meses negros de cerrazón y angustia. Con esta tercera ola, aupada por las reuniones navideñas y la relajación de las medidas sociales, llegó un incremento exponencial del número de pacientes Covid ingresados en los hospitales gallegos que los expertos no dudan en describir como «crítico» y «nunca visto» . Las cifras les dan la razón. Según la última actualización del Sergas, Galicia rebasó ayer la barrera de los 20.000 casos activos de Covid-19 desde el inicio de la pandemia al anotar un total de 20.481 , lo que implica un aumento aún mayor de la presión asistencial que, con 47 nuevos ingresos, eleva a 1.201 el número de personas contagiadas que precisan de asistencia médica las 24 horas entre planta y cuidados críticos. En el caso de las UCI, las que más preocupan por la gravedad de sus usuarios, son ya 170 los pacientes Covid, a punto de fulminar el triste récord de 178 que se marcó el pasado abril.
Con una tasa de hospitalización que ya ronda el 6 por ciento , los médicos piden a gritos responsabilidad porque «nadie está libre de esto». Y para los escépticos, un mensaje claro: «Los ingresos no son solo de personas mayores que tienen peor pronóstico, sino también de muchos jóvenes en mala situación clínica », alertó ayer el jefe del Servicio de Medicina Interna del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), Fernando de la Iglesia, que no duda de que «esto sí o sí se traducirá en complicaciones y fallecimientos». Con una media estable de 1.400 nuevos contagios diarios , ninguna gerencia se salva. Los casos activos siguen en escalada en las siete áreas sanitarias gallegas con respecto a la jornada anterior, con la de La Coruña y Cee a la cabeza, con 5.389; seguida de Vigo, con 3.630; Santiago y Barbanza, con 3.242; Orense, Verín y O Barco, con 2.866; Pontevedra y O Salnés, con 1.940; Lugo, con 1.798; y Ferrol, con 1.616.
Esta radiografía tan alarmante como homogénea explica que desde la pasada medianoche en toda la Comunidad rija un estado de alerta máxima que mantendrá la hostelería cerrada a cal y canto (excepto en los envíos a domicilio) y el comercio no esencial muy limitado (hasta las 18 horas y con los centros comerciales solo abiertos de lunes a viernes). El objetivo es más que evidente: mantener a la población en sus casas, la única burbuja que ofrece seguridad, el mayor tiempo posible. Teletrabajo, toque de queda, reuniones exclusivamente de convivientes y suspensión de la enseñanza universitaria son otras de las bazas del Gobierno gallego para encarar el envite de esta tercera ola con las menores víctimas posibles, fiados a un proceso de vacunación que se ralentiza día a día por el incumplimiento de las farmacéuticas encargadas de suministrar el antídoto.
La única diferencia con los días más oscuros del confinamiento la representan los centros de educación infantil, primaria y secundaria, que se mantendrán abiertos tras comprobarse que no son un foco de infección. «Diariamente interactúan en estos centros más de medio millón de personas y la cifra de positivos, de en torno a los 3.000, supone una afección del 0,57%», reveló ayer el conselleiro del ramo, Román Rodríguez, para justificar que la actividad educativa se mantenga intacta. En el caso de las universidades, los alumnos reanudarán sus clases el próximo 8 de febrero de forma online para «reducir la movilidad» al menos hasta el día 17 del mismo mes.
Se trata de la misma fecha, rodeada en rojo en el calendario de la Comunidad gallega, en la que las estrictas medidas que hoy entran en vigor expirarán. Lo que suceda después dependerá de la evolución de una curva de contagios que, de momento, no deja de escalar y que desde esta medianoche obliga a usar la mascarilla en cualquier circunstancia —incluso para correr solo— y a socializar lo menos posible . No hacerlo supondrá sanciones de importante cuantía económica, sobre todo en el caso de quienes se atrevan a saltarse el cierre perimetral de su concello de residencia sin un motivo justificado, véase una cita médica, llevar a los niños a la escuela o cuidar de un mayor. En el capítulo de salvedades también se incluye, desde hoy, el ensanchamiento de las unidades familiares con una única persona que viva sola y que se considerará una «convivencia ampliada» . Se trata de excepciones a una regla general contundente y bien conocida ya: evitar relacionarse para salvar vidas.