Ayuda social

Preocupación en Cáritas por el gran aumento de gasto para ayudar

El director diocesano de Santiago lamenta que la gente cree que la crisis ya ha pasado y que «no hay que ayudar»

Voluntarios de Cáritas repartiendo alimentos durante la pandemia MIGUEL MUÑIZ

Ántar Vidal

Era inevitable que la situación económica de muchas familias gallegas se agravara bruscamente durante la crisis del coronavirus. Ante este problema, Cáritas Santiago se ha visto en la obligación de aumentar un 43 por ciento la atención , lo que ha conllevado un gasto económico de más de 125.000 euros desde el inicio del estado de alarma por cuenta de las cinco interparroquiales que tiene la ONG en Galicia. De hecho, si se tienen en cuenta las acciones de las decenas de parroquias repartidas por el territorio, el gasto es aún mayor.

Además, Cáritas Diocesana de Santiago también ha recordado que el amargo momento por el que están pasando muchas familias no es solo consecuencia del coronavirus, sino que también son restos de la crisis económica que comenzó hace más de una década. Anuncio Mouriño, director diocesano, ha informado de que uno de los datos más «preocupantes» es que muchas familias que habían salido adelante tras la recesión económica han perdido de nuevo su autonomía.

Las cifras muestran que han sido casi 14.000 personas las que han solicitado ayuda . Además, 307 familias que ya habían pedido apoyo antes de 2018 regresaron a las interparroquiales. La mayoría de ellas demandaban alimentación y medicación, pero también pago de alquileres. Cabe destacar que uno de los colectivos más vulnerables en la pandemia son los inmigrantes en situación irregular.

En 2019, Cáritas Diocesana de Santiago tuvo un saldo negativo de 228.729 euros . El principal causante de esta situación económica para la entidad, según Mouriño, es que la gente está dejando de donar. El director diocesano cree que existe una falta de visibilización. Opina que mucha gente piensa que como ya se ha salido de la crisis «no hay que ayudar», a pesar de que la recesión todavía se deja notar en un número importante de ciudadanos y familias.

A pesar de la notable reducción de las donaciones de los ciudadanos, Cáritas sigue funcionando: desde la organización agradecen el aumento de colaboración con las administraciones locales , sobre todo en la atención de los «sintecho», con acciones que tendrán continuidad en el futuro. También han recalcado la mayor ayuda por parte de la Xunta y asegurado que cuentan con el apoyo de la Consellería de Política Social.

Sin embargo, y a pesar de las posibles dificultades que se puedan encontrar por el camino, Cáritas espera poder seguir manteniendo las mismas condiciones que han tenido hasta ahora. Mouriño también se ha referido al ingreso mínimo vital y espera que sirva para «complementar lo que se está haciendo», con la RISGA y otras acciones, para que la carga económica de la atención no dependa tanto del llamado ‘tercer sector’.

Los datos de 2019 revelan que más de la mitad de las personas que acudieron a Cáritas para recibir ayuda fueron mujeres , concretamente el 55%, la mayoría de entre 40 y 65 años, sin ingresos y con la obligación de pagar un alquiler. En total, 19.481 personas fueron atendidas por Cáritas Diocesana de Santiago el pasado año.

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