Juan Soto - EL GARABATO DEL TORREÓN
Predicar y dar trigo
En la materia de política social, no conviene jugar de farol. Una cosa es predicar el sermón autonómico y la otra dar el trigo municipal
en el vigente organigrama de la Xunta, la Consellería de Política Social lleva incorporada la Dirección Xeral de Maiores e Personas con Discapacidade. Con ese solo enunciado basta para calibrar la importancia del departamento, porque no es necesario recordar al lector que en nuestra Galicia el censo de viejos (¿a qué vienen esas idioteces eufemísticas de «mayores» y «tercera edad»?) supera de lejos al de cualquier otro tramo temporal. Y quien dice vejez dice dependencia, dice limitación, dice mengua, dice deterioro y dice, en fin, todo lo que se encierra en el certero dictamen de De Gaulle: «La ancianidad, ese gran naufragio».
Hace un par de semanas, tuvo lugar en Ribadeo -municipio que está a la cabeza de los gallegos en materia de atención social- uno de esos actos que, disfrazados de institucionales, responden urgencias de campaña, cuando apuros y nervios obligan a los partidos a desplegar sobre el territorio de combate infantería, artillería y Estado Mayor. Esta vez la cosa iba de los programas que responden, en justicia y con todo derecho, al nombre de Axuda no Fogar, cuyas carencias, si existen, son imputables exclusivamente a la engorrosa tramitación burocrática impuesta por la Xunta, institución que, por cierto, se cuida muy mucho de añadir -en ese y en otros planes asistenciales- al engorro del papeleo los recortes de la partida compostelana. Y si el solicitante se queda en el camino, «¡bótalle terra!», que decía el personaje de Blanco Amor.
En la materia que tratamos (de la que ni el cronista ni su familia son, al menos de momento, usuarios o solicitantes, vaya eso por delante) no conviene jugar de farol. Al menos en la provincia de Lugo, donde la Diputación está dando muestras de una exquisita y generosa preocupación social, fácilmente comprobable con un somero vistazo a las asignaciones presupuestarias realizadas. No solo en Ribadeo, también en Pol, en Trabada, en Castroverde, en Pedrafita, en Ribas do Sil, en A Fonsagrada, en Navia de Suarna, saben muy bien que una cosa es predicar el sermón autonómico y otra dar el trigo municipal del día a día.