BALANCE DE 2018

El año del PPdeG:del Feijóo «se queda» al reto de las municipales

El partido jugó un papel clave en el ascenso de Pablo Casado y culminó el proceso de designación de los candidatos locales

Feijóo, arropado por Tellado y Rueda, tras desvelar su continuidad en Galicia MIGUEL MUÑIZ

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No ha sido un año cualquiera para el Partido Popular de Galicia (PPdeG). En una organización acostumbrada a agitar la bandera de la estabilidad tanto en su discurso público como de puertas para adentro, el balance de 2018 dejó algunos giros imprevisibles en el guion . El principal se resume en tres palabras: Feijóo «se queda» . La agitación con la que se vivió la decisión del presidente de la Xunta de continuar en Galicia dejó en segundo plano la que hasta entonces era la principal prioridad del partido: culminar el proceso de designación de los candidatos a las municipales. Superada esa fase, los populares no temen que su objetivo se vea perjudicado por la aparición de nuevos competidores en la derecha. Ni Ciudadanos, señalado como un responsable de que el populismo ascendiera al poder en algunas ciudades en 2015, ni tampoco Vox, al que ven como producto de la indignación ciudadana frente al «sanchismo».

El tablero político, pues, ya es distinto. Comenzó a cambiar con la moción de censura que descabalgó del poder a Mariano Rajoy. Fue un verano de ajetreo para el PPdeG. Con la retirada del expresidente del Gobierno de la política, el partido dejó la sucesión en manos de unas elecciones primarias en las que muchos esperaban a Alberto Núñez Feijóo. Pero su salto a Madrid, pronosticado una y mil veces por la oposición en Galicia, no llegó . Tras unos días de reflexión —los más tensos del 2018 para los suyos— el jefe del Gobierno gallego justificó su permanencia por la necesidad de cumplir con su promesa de agotar el mandato hasta 2020. «Los gallegos nos han respondido con su voto mayoritario, y yo sin haber completado mi compromiso no puedo fallar, porque sería, también, fallarme a mí mismo», reflexionó aquel 18 de junio en un hotel de Santiago, frente a la plana mayor del partido.

Automáticamente, surgió otra pregunta:¿Y ahora, a quién apoyará el PPdeG para tomar el mando en la calle Génova? La respuesta se hizo esperar hasta pasada la primera vuelta de las primarias. Eliminados María Dolores de Cospedal, José Manuel García Margallo, José Ramón García Hernández y Elio Cabanes, los populares gallegos debían escoger entre Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría. Salvo Orense —donde Manuel Baltar apostó por la exvicepresidenta— el resto de «baronías» se inclinaron por Casado. El apoyo de Galicia fue fundamental para su victoria , y el ganador dejó en el congreso del partido en Madrid varios gestos de agradecimiento:además de aclamar a Feijóo, reservó un asiento en el nuevo Comité Ejecutivo para los gallegos Alfonso Rueda, Diego Calvo y Ana Vázquez Blanco,y erigió a Marta González como vicesecretaria de Comunicación.

Más rivales

Con el ascenso de Pablo Casado al liderato del PP, el debate se ha resituado en torno a una presunta «derechización» de la formación, más proclive incluso ante una recentralización de competencias. Sin embargo, el secretario xeral del partido en Galicia, Miguel Tellado, opina que la brújula ideológica no se ha movido. «No se puede confundir la vehemencia o claridad con la que se defienden las ideas con que haya habido un cambio de ideas» , matiza en conversación con ABC, «nuestros posicionamientos son exactamente los mismos.

Para Tellado, esa «claridad» en el discurso sobresale en un momento en el que «cuestiones básicas» como la integridad territorial «están siendo amenazadas, no solo por los separatistas, sino por la incapacidad del Gobierno de España para defender algo tan elemental», indica.

Es Sánchez y los errores de su Ejecutivo los que explican fenómenos como Vox , inciden en el PPdeG . «Es una reacción a la actuación de los socialistas», explica Tellado, que ve que la insistencia del presidente del Gobierno por permanecer a toda costa en La Moncloa «lleva a que surja un movimiento que dice: basta ya».

Pese a ello, el partido de Santiago Abascal sigue sin causar preocupación en las filas del PP autonómico. Frente al auge de Vox, alimentado al calor del desafío secesionista en Cataluña, los populares han defendido en más de una ocasión que la suya es una organización con «implantación plena» en todo el territorio, que a lo largo de sus casi diez años en la Xunta ha podido lucir sus credenciales como el mejor antídoto contra los proyectos extremistas. «A todos los partidos les vendría muy bien tener responsabilidades de gobierno para moderar sus discursos . Nosotros somos esencialmente un partido de gobierno. Creemos que las cosas se cambian desde las instituciones, gobernando. Eso explica el discurso centrista del PPdeG, y por eso nos votan muchos del PSOE descontentos con la línea de Pedro Sánchez y Gonzalo Caballero», apunta Tellado.

Ciudadanos se postula como el otro gran rival. El momento dulce vivido por el partido de Albert Rivera a comienzos de año, cuando las encuestas le soplaban a favor, espoleó al PPdeG para recuperar el discurso del voto útil. «Cuando se divide el voto de centro y centro-derecha, al final el beneficiado es Podemos y el PSOE, y con eso se dice todo» , recuerda el dirigente popular.

Candidatos designados

El ejemplo más recurrente es Ferrol, una de las plazas que la organización aspira a recuperar en 2019. Al frente de la misión estará José Manuel Rey Varela, que dejó su cargo de conselleiro en la Xunta junto con Beatriz Mato, enviada a La Coruña para apear de la alcaldía a Xulio Ferreiro. Esas dos salidas también testaron el fondo de armario del partido , que puso al servicio del Gobierno a una directora xeral y exteniente de alcalde de Ribeira, Fabiola García, y a un destacado parlamentario del grupo, José González, para Política Social y Medio Rural, respectivamente.

En el resto de ciudades los nombres son conocidos. El proceso de designación de los candidatos ratificó a Jesús Vázquez para revalidar el cargo en Orense, mantuvo a Agustín Hernández en Santiago, a Elena Muñoz en Vigo, y aupó a la primera línea a Ramón Carballo (Lugo) y a Rafa Domínguez (Pontevedra). A todos ellos les corresponde una cuota en la gran empresa del partido para el nuevo año: resarcir el «mal» resultado de 2015 con una mayor porción de poder en las ciudades .

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