Podemos negocia su propia paz
Los dos bloques del partido acuerdan formar una comisión para limar asperezas
odemos probó con un escenario talismán para el Bloque, como esperando a que se le contagiara algo de la «pax» que ahora administran los nacionalistas. En un conocido local a las afueras de Santiago, la organización morada reunió a su Consello Autonómico Cidadán (CCA) para hacer terapia de sus propios males. Y salió de allí con un acuerdo. Los dos sectores que se vienen disputando el control del partido se sentarán en la mesa de una Comisión de Acuerdos para tratar de diluir sus diferencias. «Al final, descubrimos que hay más cosas que nos aproximan que las que nos diferencian» , sintetizó la secretaria general, Carmen Santos , escoltada por el responsable estatal de Alianzas de Podemos, Pablo Fernández, y un portavoz del sector crítico,en este caso el diputado Pancho Casal.
La figura de Fernández explica muchas de las cosas que suceden hoy día en Podemos Galicia. Desde que Pablo Iglesias afianzara su mando en la pasada Asamblea de Vistalegre II, este doctor en Filosofía del Derecho aparcó su labor en el equipo legal de la organización para adentrarse de lleno en el núcleo duro. Ahora maneja los hilos de los territorios desde la tramoya de Madrid , velando por las relaciones que los morados mantienen con sus aliados de «unidad popular».
Su presencia en Santiago está, por tanto, cargada de significado. Aunque las diferencias entre Santos y sus rivales —liderados por Ángela Rodríguez «Pam», ausente ayer— responden en buena medida a la falta de sintonía personal, los dos bloques difieren en su interpretación de los estatutos. Pero Fernández llegó para explicarlos. «Existe el consenso claro de que uno no puede pasarse las reuniones discutiendo sobre unos artículos u otros» , valoró a posteriori. «Hay que hablar de política»
Nada más lejos de la realidad. Durante la última semana, se disparó la tensión. La convocatoria de un Consello Cidadán a espaldas de la secretaria general no quedó sin la respuesta de la cúpula oficial. Un comunicado firmado por el secretario de Organización, Juan Merlo, acusó a algunos diputados de incumplir sus pagos con la caja de Podemos . Las filtraciones en seguida pusieron nombre y apellidos a los señalados :Luca Chao, Paula Quinteiro, Marcos Cal y el mencionado Pancho Casal. A fecha de ayer, Merlo no fue capaz de aclarar si habían puesto al corriente su situación financiera con el partido. « Esa es una cuestión a la que ni siquiera yo tengo acceso », destacó.
Las mesas de diálogo
El futuro clima interno del podemismo gallego se juega en dos espacios: la recién creada Comisión de Acuerdos y la Comisión de Garantías estatal. En lo que respecta a la primera, estará compuesta por seis miembros, a razón de tres representantes de cada bloque. En sus sesiones se discutirá la aplicación de los nuevos documentos internos pero, sobre todo, se abordará «una reestructuración» que según CarmenSantos ya se había incorporado a su hoja de ruta desde hacía tiempo. Algunos integrantes del sector crítico, en conversación con ABC, señalan directamente a Juan Merlo como instigador de las luchas intestinas del partido. Hay un duelo de señalamientos.
La segunda mesa de diálogo esconde una concesión. Fuentes de la dirección gallega confirman que el órgano destinado a resolver los conflictos en Galicia «se inhibirá» para dejar actuar al de Madrid . No es casual. Después de estallar la polémica de las donaciones, algunos de los diputados consideran que la Comisión doméstica no tiene la legitimidad suficiente para sancionar a ningún afiliado.
Así, con «toda la voluntad de resolver esto», las dos almas dePodemos Galicia prologarán en su «vis a vis» el gran horizonte del partido: la Asamblea autonómica, aún sin fecha.
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