Violencia de género

Piden 20 años para el acusado de acuchillar a Lupe Jiménez en 2014

El juicio contra el marido de la víctima arranca este martes. Ella estaba embarazada

Lugar en el que apareció el cuerpo, en el monte de Gonzar, en O Pino EFE

P. ABET

El juicio contra el acusado de acuchillar a Lupe Jiménez en febrero del 2014 y arrojar su cuerpo a un monte de la localidad coruñesa de O Pino arranca este martes en la sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra. Sentado en el banquillo de los acusados, el marido de la víctima deberá explicar qué ocurrió aquel 23 de febrero mientras ambos circulaban en coche por la carretera, de camino a La Coruña. Atendiendo al relato del fiscal del caso, «al llegar a la altura del kilómetro 76 o 77, el procesado detuvo el vehículo en un cruce y, sirviéndose de una navaja que previamente había preparado para dar muerte a su esposa, procedió a apuñalarla». Según el Ministerio Público, el hombre al que se le imputa un delito de asesinato «le clavó la navaja doce veces causándole la muerte de manera casi inmediata» . José Luis C. R., en prisión preventiva desde su detención, también deberá rendir cuentas por un delito de aborto por su «intención de provocar la inviabilidad del feto». Lupe Jiménez estaba embarazada de cinco semanas cuando fue asesinada y arrojada al monte.

Nunca lo denunció

El cadáver de la fallecida fue localizado pocas horas después del crimen escondido detrás de un árbol . Lupe tenía seis hijos en el momento en el que se produjeron los hechos, cinco de ellos menores de edad para los que el fiscal solicita una indemnización de 47.931 euros . Para la hija mayor pide 19.172 euros. Fue la familia de la víctima la que, después de su brutal muerte, reveló los supuestos malos tratos que Lupe había soportado a lo largo de veinte años de matrimonio. La fallecida, de etnia gitana, se casó con su supuesto verdugo con 15 años y nunca lo denunció aunque, tal y como una de sus hijas explicó días después del crimen, la policía intentó que lo hiciese.

Autor confeso de los hechos, el esposo de Lupe Jiménez se la llevó supuestamente de casa «a la fuerza» el día del crimen. Su entorno reconoce que él no quería que ella tuviese el bebé porque pensaba que no era el padre «porque le metieron mentiras en la cabeza con eso y los celos se lo comían». Después del asesinato, el presunto culpable hizo una llamada diciendo que Lupe se había quedado en una gasolinera de Santiago. El proceso por este caso de violencia de género se desarrollará entre mañana y pasado en Pontevedra.

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