Orozco, tras el fin de su calvario judicial: «¿Por qué Pilar de Lara actuó conmigo de esta manera?»
El exalcalde de Lugo estudia si exigirle responsabilidades a la juez por su actuación
José López Orozco no esconde que está «feliz, relajado», después de que el jueves se archivara la última de las diez causas judiciales que tenía abiertas, la mayoría de ellas derivadas de la 'operación Pokemon' y salidas del juzgado de Pilar de Lara, la instructora que puso patas arriba la política gallega hace una década. «Ha sido y fue la justicia con mayúsculas quien me devolvió todo cuanto se me arrebató» , ha asegurado este lunes en la sede del PSOE de Lugo para celebrar su recobrada inocencia, y no ha ocultado el «calvario» vivido por él, su familia y su partido durante estos once años, que le costaron el puesto de regidor en 2015.
Sin nombrarla, Orozco señaló como responsable de su quinario a la juez Pilar de Lara. «Ando detrás de una respuesta» a la pregunta de «¿por qué la instructora actuó conmigo de esa manera?» , aunque ya se ha hecho a la idea de que «no me llamará para darme explicación», y se remitió a lo que han ido diciendo los sucesivos autos de archivo de distintos órganos judiciales a lo largo de estos últimos años para valorar «cómo actuó».
«Nada le importó que le dijeran una y otra vez que no se podía hacer una causa inquisitorial» , como llegó a afearle la Audiencia Provincial, tribunal que también afirmó «que una sospecha no es una prueba, y que cuando menos debe verse enmarcada en un indicio». «Pero ella tenía muy claro que había que seguir investigando por si aparecía algo», censuró. «Todo parte de una denuncia falsa, de alguien que afirma que no tiene ninguna prueba de lo que afirma, sino únicamente de lo que le decían», y que acaba siendo suficiente para que «se me impute».
A pesar de dos comparecencias voluntarias, aportación de las cuentas bancarias, «un estudio pormenorizado de mi patrimonio» por parte de Vigilancia Aduanera —que llegó incluso a indagar profusamente en el de sus hijas— y la Fiscalía pidiendo la desimputación de Orozco, «nada le importó» a la instructora, hoy destinada en Ponferrada tras cumplir la sanción grave que le impuso el CGPJ y por el que perdió su plaza en Lugo. «Hoy toda esa larga noche de piedra está finalizada», celebró el exalcalde.
Precisamente, la sanción del Poder Judicial a Pilar de Lara vino como consecuencia de una denuncia formulada por los abogados de López Orozco, del despacho del letrado madrileño Gregorio Arroyo. Se le impusieron siete meses y un día de suspensión de funciones. Para Orozco —que estuvo acompañado por Pilar García Porto, la número dos del PSOE en la provincia— la sanción fue «pequeña», y ahora «estudiaremos si es posible alguna otra, viendo las resoluciones de los distintos archivos».
Que pague la juez
Por sus palabras, no se busca tanto una indemnización por el daño causado por la administración tardía y deficiente de la justicia —lo que, por ejemplo, logró el exconselleiro Fernando Blanco ante una reclamación por la actuación de esta misma juez— sino directamente contra De Lara y su responsabilidad personal en los once años de martirio judicial vividos por el exalcalde socialista. «Si se puede, se tomará», vaticinó.
A modo de enseñanza, Orozco pidió que su vivencia sirva para que la política deje de exigir dimisiones sin respetar la presunción de inocencia . «La política tiene que ser otra cosa», reclamó, «a no ser que una persona sea cogida con las manos en la masa, tienen que ser los jueces» los que impidan a alguien seguir ostentando un puesto de representación.
No, no volverá a la política activa porque «a mis 74 años, tengo que devolverle a mi familia tanto cuanto le robé» de tiempo y atenciones, centradas ahora en su pequeño nieto, al que le procurará que sea «próximo alcalde de Valdoviño». Tampoco tiene reproches para el PSdeG ni su entonces líder, José Ramón Gómez Besteiro, que dejó en sus manos la renuncia a la alcaldía en 2015. «Me dijo que la decisión debía ser mía». Y no olvida que sus verdugos no le pidieron perdón .