Cultura
La Ópera de La Coruña espera que se levanten los límites de aforo
Los Amigos de la Ópera garantizan el cumplimiento del protocolo de los teatros líricos españoles avalado por el Ministerio de Cultura, así como de las medidas exigidas por la Xunta
La Programación Lírica de La Coruña que debe empezar el jueves contiene el aliento no solo por la lógica tensión previa a que se levante el telón, sino a la espera de que las autoridades sanitarias suavicen las duras restricciones impuestas al área sanitaria coruñesa tras los brotes de comienzos de agosto. Los organizadores del ciclo lírico, los Amigos de la Ópera, se han topado con una situación sobrevenida: espectáculos que se habían vendido por debajo del 50% del aforo del Teatro Colón ahora deben volver a recortar butacas para quedarse en apenas 65, frente a las 400 inicialmente previstas.
No se trata de imprevisión sino de los giros que la situación sanitaria está imponiendo en esta «nueva normalidad». En el DOG del 13 de junio, por el que la Xunta regulaba la salida del estado de alarma, se establecía que «cines, teatros y auditorios» podrían desarrollar su actividad, «contando con butacas preasignadas, siempre que no superen el setenta y cinco por ciento del aforo permitido en cada sala».
Sobre esta previsión, y con las 840 localidades del Colón como punto de partida, los Amigos —siguiendo indicaciones del Concello, titular del teatro— pusieron a la venta 400 butacas, por debajo del 50% del aforo , todas ellas individualizadas, es decir, con distancia de metro y medio entre asistentes, incluso para los que convivan en el mismo domicilio. Todos los adquirientes fueron informados de esta pequeña incomodidad.
Aforo inferior al 10%
Pero la previsión de los Amigos saltó por los aires cuando el pasado 8 de agosto, ante el auge descontrolado de positivos en el área sanitaria de La Coruña, la Xunta dictó nuevas medidas restrictivas, entre las que se encontraba una limitación de aforo máximo «de sesenta personas» para recintos cerrados «y ciento cincuenta» en el caso de actividades al aire libre. Es decir, se limitaba la capacidad del Colón a menos del 10%, una estocada al maltrecho presupuesto de los organizadores, que ya asumieron una merma del mismo cuando redujeron a la mitad las butacas de todos sus espectáculos.
En los últimos días, los Amigos de la Ópera han trasladado su preocupación a las administraciones local y autonómica, poniendo el acento en las estrictas medidas de seguridad que se están llevando a cabo durante los ensayos de estas semanas y que se extenderán a los días de función. Su deseo es que el brote en el área sanitaria se dé por controlado y las autoridades competentes devuelvan a la comarca —y por tanto, a la ciudad herculina— al escenario inicial de junio, previo a la nueva ola.
Toma de temperatura
A la espera de que la Xunta levante sus restricciones, los Amigos han aplicado los protocolos acordados en el seno de la asociación Ópera XXI, que agrupa a los teatros y festivales líricos españoles, avalados además por el Inaem, dependiente del Ministerio de Cultura. Entre las principales medidas figura la toma de temperatura a todos los asistentes a los espectáculos, el uso obligatorio de mascarilla —habrá personal velando por que esto se cumpla y, de no ser así, se impedirá el acceso— y la desinfección de manos y pies a la entrada del teatro.
Además, el acceso a la sala se hará de forma escalonada. Por megafonía y con ayuda del personal de sala, se guiará al público para que tanto su acceso como su salida se distribuya por filas . Se suprimen también los descansos para evitar aglomeraciones, no se entregarán programas de mano y habrá controles de aforo en las zonas comunes del teatro, para evitar la masificación. Muchas de estas medidas ya se implementaron el pasado julio en las funciones de «La Traviata» el Teatro Real, y serán las que pongan en marcha otros teatros como Oviedo —con un aforo de 600 butacas en el Campoamor— o Málaga, que en los próximos días inician sus respectivas temporadas líricas.
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