José Luis Jiménez - PAZGUATO Y FINO
Nosotras parimos, ¿nosotras decidimos?
Los y las mismas que defienden la libertad de las mujeres para elegir opciones vitales ahora quieren añadirle al eslogan una excepción: salvo si eres la pareja del presidente de la Xunta
Andaba nuestra izquierda inquieta y pendiente del nacimiento del hijo de Alberto Núñez Feijóo, pero no para preocuparse por su estado de salud (el del niño) o el de la madre. Esas sensiblerías son de derechosos beatones defensores de la familia. Lo que querían saber era si iban a un hospital público o a una clínica privada, porque lo segundo era munición muy golosa para la perrera del Tuiter y la crítica facilona. Los y las mismas que agarran la pancarta del «nosotras parimos, nosotras decidimos» y defienden la libertad de las mujeres para elegir opciones vitales respecto a su maternidad son los (y las) que ahora quieren añadirle al eslogan una excepción: salvo si eres la pareja del presidente de la Xunta.
El argumento esgrimido es que es incoherente que Feijóo diga defender la sanidad pública y acuda a la privada para el alumbramiento del retoño. ¿Acaso estaba él embarazado? ¿Tenía él que imponerle a Eva Cárdenas el lugar del parto? ¿Dónde están las descubridoras de «micromachismos» que pululan por nuestra sociedad? ¿Qué va antes, su cargo político o su condición de ciudadano libre para decidir los aspectos relativos a su vida privada? Feijóo da ejemplo si trabaja porque la sanidad pública sea de calidad y accesible para cualquier gallego con independencia de su renta. Yo no le exijo que la use.
Pero imaginen por un instante que Cárdenas hubiera optado por un hospital público. Nuestra izquierda habría mandado a sus esbirros sindicales a vigilar si algún enfermero osaba llevarle un vasito de agua a la parturienta, le ahuecaba la almohada o le bajaba la persiana para que no le entre mucha luz. Y si algo así sucediera, masivas denuncias de trato de favor, de utilización partidaria de la sanidad para beneficio del presidente. Demagogia oportunista de la peor calaña.
Hiciera lo que hiciera, la jauría iba a criticar cualquier decisión que tomara Feijóo. Por eso optó por ceder esa cuota de responsabilidad a la madre de su hijo, que en el fondo es la protagonista principal del milagro de la vida. Pero eso molesta a Luís Villares y Ana Pontón. Porque claro que las mujeres tienen voz y poder de decisión, pero siempre que no salgan con Núñez Feijóo.