Divulgación y ciencia

«El Nobel os está esperando»

May-Britt Moser, galardonada en 2014 por la Academia Sueca por sus aportaciones al descubrimiento de las células que nutren al cerebro de mapas internos de navegación, reivindica en Santiago la «pasión» como elemento clave para la ciencia

May-Britt Moser, ante la Catedral de Santiago, tras la conferencia impartida en la facultad de Medicina EFE

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Con un entusiasmo desbordante y una fascinación contagiosa por la complejidad de los mecanismos que operan en el cerebro, May-Britt Moser, neurocientífica noruega galardonada en 2014 junto a su compañero Edvard Moser y John O’Keefe con el Nobel de Fisiología y Medicina por el descubrimiento de las células involucradas en el sistema de posicionamiento espacial , defendió ayer ante un auditorio repleto de estudiantes la «pasión» y el afán de encontrar respuestas como elementos determinantes en la carrera científica. «Mi meta no era ganar el Nobel, sino entender el mundo», dijo Moser en la facultad de Medicina de Santiago, invitada por la Nobel Prize Inspiration Initiative, que la Fundación AstraZeneca y Nobel Media —con la colaboración en esta ocasión del programa ConCiencia de la Universidade de Santiago (USC)— impulsan con el fin de despertar vocaciones de la mano de referentes fundamentales. «Os estamos esperando», añadió la neurocientífica noruega dirigiéndose a los jóvenes sentados ante ella tras ser preguntada por la escasa proporción de científicos españoles reconocidos con el Nobel. May-Britt Moser también abogó por la calma, el mimo y el tiempo precisos para aportar avances de calidad frente al furor por firmar publicaciones e hizo de su exposición un reconocimiento al trabajo de cada uno de los profesionales involucrados en una investigación colaborativa.

En 1971 John O’Keefe definió las células de lugar, y en 2005 los Moser avanzaron en la definición del sistema de navegación natural con el descubrimiento de las células de cuadrícula , un tipo de neuronas que se activan de acuerdo a un patrón estratégico para componer una especie de mapa de coordenadas del entorno que afecta al animal. Y el conocimiento avanzó con la descripción de toda una familia de células especializadas que trabajan juntas sumando datos de dirección, velocidad, límites o posición relativa respecto a objetos para completar los mapas de trabajo manejados por el cerebro .

Más allá de la navegación espacial, la información aportada por las células descritas, detalló May-Britt Moser, desempeña un papel central en la generación y almacenamiento de recuerdos , facilitando al hipocampo etiquetas clave sobre el dónde, el cuándo y el qué, tres ingredientes básicos para un correcto archivo de episodios que después puedan ser recuperados por la memoria. No en vano, la muerte celular en estas áreas afecta a la codificación de nuevos recuerdos y altera la capacidad de orientación y de codificar una secuencia de eventos, abriendo una puerta a un mejor conocimiento de la enfermedad de Alzheimer.

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