Despoblación

Los nacimientos caen un 10 por ciento en 2018 y dejan a Galicia con el peor saldo vegetativo de su historia

Ocho de cada diez mujeres tienen a su primer hijo con 30 o más años, según el informe anual sobre nacimientos, defunciones y matrimonios del IGE

Galicia lleva experimentando un crecimiento demográfico negativo desde 1986 MIGUEL MUÑIZ
Miguel Ruiz de Arcaute

Miguel Ruiz de Arcaute

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Las parejas gallegas se toman cada vez más tiempo en casarse, las mujeres son más tardías en dar a luz a su primer hijo y la senda de crecimiento poblacional negativo sigue ensanchándose sin remedio. Son algunos de los datos recabados por el Insituto Galego de Estadística (IGE) en su informe sobre nacimientos, defunciones y matrimonios en 2018, que refleja, entre otras cosas, una longevidad cada vez mayor –más acusada en el caso de las mujeres que en el de los hombres– y una reducción significativa tanto en el número de nacimientos como en el de matrimonios .

Así, el número total de niños nacidos el pasado año disminuyó en un 10,2% respecto a 2017 , lo que supuso que el saldo vegetativo (esto es, la diferencia entre nacimientos y fallecimientos) de 2018 fuese de -15.839. Una cifra todavía peor que la del ejercicio anterior, que se cerró con un balance de -13.517, y que da cuenta del enquistado problema de despoblación al que se enfrenta Galicia desde hace más de 30 años. El número de fallecimientos, por el contrario, apenas varió de un año a otro.

Buena parte de las cifras y porcentajes recogidos por el informe anual del IGE se antojan como factores de gran influencia en la imposición –cada vez mayor– de esta tendencia negativa. El documento destaca, por ejemplo, que las mujeres tardan cada vez más tiempo en ser madres, y mientras que hace diez años las que daban a luz a su primer hijo en la treintena constituían un 68,2% del total, ahora representan el 78,2% . En paralelo, las que lo hicieron con 40 o más años han pasado del 4,9% en 2008 al 12,9% el pasado año.

Otro de los elementos a tener en cuenta en la interpretación y contextualización del imparable descenso demográfico gallego tiene que ver con el retraso de la edad a la hora de contraer matrimonio. Si en 2008 eran el 63% las parejas que se casaban con 30 o más años, ahora este porcentaje ha aumentado veinte puntos, hasta el 83%. Además, el número de matrimonios registrados el año pasado fue de 8.400, 887 menos que el anterior. Por otra parte, el informe refleja la pérdida de influencia de la Iglesia como institución de enlace , ya que ahora son más del 75% los contrayentes que optan por la unión civil que entonces, cuando no pasaban de la mitad (44,6%).

Galicia lleva inmersa en una tendencia de crecimiento poblacional negativo desde 1986 , fecha en la que el progresivo descenso de los nacimientos registrados, por un lado, y el aumento de las defunciones, por otro, dio un vuelco a la expansión demográfica que había desarrollado hasta entonces. Desde ese año, y salvo muy contados y pequeños repuntes, la brecha entre ambas variables no ha hecho más que ampliarse.

Los datos del año pasado constituyen, de hecho, el peor balance en décadas. Solo siete de los 313 concellos presentaron un saldo positivo , y casi el 80% de los nacimientos registrados tuvieron lugar en las provincias de La Coruña y Pontevedra, lo que hace que el problema de despoblación, de por sí ya muy cronificado, se agrave más si cabe en las demarcaciones de Lugo y Orense.

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