La moda llega a la Academia de Belas Artes de mano de Roberto Verino
El diseñador de Verín ingresó oficialmente en la institución: «Aposté por el inconformismo como lema de vida»
Roberto Verino aceptó el sábado formar parte de la Real Academia de Belas Artes recordando a Viriato:«Si tuviera que autorretratarme, recurriría sin duda a su imagen». Él, convencido de que el héroe que hizo frente a la expansión romana nació, como Verino, en Verín, comentó sobre Viriato que fue «un luchador marcado por la fuerza interior y convencido de crear autoestima y orgullo de país». «De todo ese cúmulo de cosas viene mi vocación» , declaró el diseñador de moda durante su discurso.
«Aposté por el inconformismo como lema de vida», dijo el diseñador. Una filosofía que le llevó a lo más alto de la moda a nivel internacional, desde donde ahora, 40 años después, echa la vista atrás para recordar sus primeros pasos en la industria. El joven Verino no quería estudiar algo que no le gustaba, no quería conformarse con quedarse en Orense:su destino estaba en París. «Con 17 años, la ilusión intacta y mucha determinación», rememoró, «viajé en busca de emociones ». Corría el año 1962, y todavía faltarían 20 más para que saliera a la luz su primera colección bajo su propio nombre. En la capital francesa se preparó para entrar en Bellas Artes, pues su prueba de acceso era muy dura.
Durante ese tiempo, Verino conoció a los Lamsberg, «potentados del mundo del textil francés». Comenzó el verinés a trabajar para ellos, compaginando sus estudios, para hacerse económicamente independiente. Coincidieron aquellos años con un momento clave en la historia de la moda, que marcaría un antes y un después: se pasaba de la alta costura al 'Prêt-à-porter' ('listo para llevar'). Durante cuatro años trabajó en París, viviendo en «un espacio irreal que permitía la última visión bohemia» de la ciudad de la luz. Luego se mudó a Saint Germain, pero no podía expulsar de su cabeza la idea de regresar a su tierra natal; «mi valle», dijo. Llegó 1967, y ahora está marcado en el calendario como la fecha de su regreso. La idea era hacer una colección de la marca Billy Bonny, de los Lamsberg, desde Verín. Reunió a toda su familia para el nuevo proyecto, y en el 82 sale la primera colección firmada como Roberto Verino. Desde entonces han posado con sus prendas modelos como Christy Turlington, Helena Christensen o Yasmeen Fhauri. «Las más grandes modelos vistiendo made in Galicia» . Las piezas se venden en más de 150 tiendas en España, México y Portugal;y Verino tiene en su vitrina galardones como la Medalla de Oro de las Bellas Artes.
Referentes
«A día de hoy, me doy cuenta de que todas mis creaciones, toda mi carrera, ha estado marcada por impregnar de huellas reconocibles el origen de cada prenda, el lugar dónde se confeccionaba...», contaba Verino. En resumen, siempre ha pretendido «revalorizar este país y nuestra tierra en casi todos mis actos». Verín está presente en su creación, y cuando habla de referentes profesionales cita a Coco Chanel, Yves Saint Laurent, Christian Dior o Balenciaga. « Sus prendas no solamente son dignas de estar en cualquier museo del mundo, sino que escribieron historia, rompieron paradigmas, revolucionaron maneras de verse y de pensar ».
Siendo justos, Verino también expone en los mejores museos : el Museé du Louvre seleccionó uno de los perfumes de la firma, «W», como mejor diseño de producto del año 2002. La pieza pasó a ser parte de los fondos permanentes de exhibición del museo. La ropa deRoberto Verino también estuvo en el Museo del Traje de Madrid, y en la Gabarrón Foundation de Nueva York. Ahora, que es miembro de la Real Academia de Belas Artes, «un gran honor», ha logrado un nuevo reconocimiento que deja manifiesta la importancia e impacto que tuvo el diseñador: en cierta manera, también puso a Galicia en el mapa de la moda.
