Literatura

Misión imposible: robar en la Catedral de Santiago

El escritor Manel Loureiro publica ‘La ladrona de huesos’, novela en la que Laura tendrá que hacerse con las reliquias del Apóstol para recuperar al amor de su vida

Manel Loureiro en la plaza del Obradoiro, este martes CEDIDA

Ántar Vidal

El 5 de julio de 2011, los responsables del Archivo de la Catedral descubrían que había desaparecido el Códice Calixtino , uno de los manuscritos más importantes del templo compostelano. No faltó tiempo para que corrieran los rumores: que si organización criminal internacional, que si un ladrón de guante blanco… Todo un misterio que tardó un año en resolverse. Lejos de ser una historia digna de 'thriller' como algunos pintaban, esta pieza se encontraba en un húmedo garaje junto a escombros, basura y cientos de miles de euros. En entredicho quedaba la seguridad de la Catedral de Santiago, que había permitido que un electricista despedido –había trabajado un cuarto de siglo allí– se paseara como si nada por el templo de la tumba del Apóstol, cogiendo lo que le placía, desde dinero a manuscritos.

Esto ya se le había ocurrido a Manel Loureiro años antes, en su época de estudiante en la capital gallega. En aquellos días cursaba Derecho, y para llegar a su facultad mojándose lo menos posible —además de por ser tumba de Santiago, la ciudad es mundialmente conocida por sus lluvias— atravesaba la Catedral de un lado a otro: «Cuando lo hacía, era muy temprano y no había nadie», cuenta a pocos metros de los huesos que se suponen del Apóstol. «Fantaseaba con la idea de que podría llevarme algo y nadie se daría cuenta, estaba rodeado de tesoros» . Aquel recuerdo quedó sepultado durante ocho años ejerciendo como abogado y bajo sus primeras novelas, pero «cuando fue lo del Códice Calixtino mi mente hizo ‘puf’». Había otras historias que contar, como ‘El último pasajero’ (2013) o ‘La puerta’ (2020), y no ha sido hasta este miércoles que publica ‘La ladrona de huesos’ (Planeta). Laura pierde la memoria por completo tras sufrir un atentado, y después de que desaparezca el hombre que la quiere, Carlos (el médico que la trató tras el ataque terrorista), le llega un encargo para salvar a su pareja:tiene que robar los huesos del Apóstol de la Catedral de Santiago.

Plasma sobre el papel los pensamientos que tenía el novelista de joven, pero «sería demasiado fácil» robar algo en las condiciones actuales: en la novela dobla la seguridad de la Catedral, pues los símbolos del cristianismo están bajo la posibilidad de sufrir atentado islamista. Sobre los tejados de la Catedral, con el viento soplando fuerte, recuerda Loureiro cómo se documentó para planear este saqueo en su novela: « Me recorrí todos los edificios, fui por sitios por los que no había pasado nadie en décadas y revisé sus planos ».

Pero el camino de Laura comienza mucho antes: todavía tratando de recuperar su memoria, ha de llegar a Compostela haciendo el Camino. Desde el Monte do Gozo, Loureiro hace el mismo recorrido que la protagonista, explicando la importancia de estas localizaciones. Confiesa que nunca ha hecho el Camino de Santiago, pero está tan nutrido de la historia peregrina tras vivir en la ciudad que se ha atrevido a contar esta ruta desde un nuevo punto de vista:el misterio. Durante los últimos años, el Camino ha sido llevado a la ficción de muchas formas y en formatos diferentes, incluso Amazon Prime tiene una serie, pero « hasta donde yo sé nadie ha hecho un 'thriller' » inspirado en él. Y con cierta extrañeza lo dice Loureiro, porque considera que tiene todos los elementos necesarios de por sí para poder construir a su alrededor una historia de suspense de primera. «Siempre se ha contado como novela histórica o desde el punto de vista de la experiencia personal, pero nunca había sido utilizado como un escenario para enigmas, espías, misterios, engaños...». «Hacía mucho tiempo que quería contar una historia sobre el Camino. Quería un relato con vocación internacional, como la tiene el Camino, pero que estuviera arraigada en la Galicia más rura l». De hecho, «yo no podría haber escrito ‘La ladrona de huesos’ si no fuera gallego».

«Soy dueño de mi tiempo»

A un par de kilómetros de nuestro destino, la Catedral de Santiago, que ya se ve a lo lejos, el novelista reflexiona sobre su propia realidad. Se sabe afortunado por ser «dueño» de su tiempo. Tras ejercer como abogado, Loureiro estaba cansado. El blog que utilizaba para escapar de esa «literatura legal» que ocupaba la mayor parte de su día logró tanto éxito que se ccamionvirtió en su primera novela, ‘Apocalipsis Z’. Había llegado la hora de tomarse un año «de prueba» dedicándose solo a la literatura, que se convirtieron en dos, en tres, y cuando se quiso dar cuenta, ya no había vuelta atrás.

«Es impagable ser dueño de mi tiempo, una calidad de vida que yo desconocía. Es maravilloso, sobre todo con hijos». De todas formas, eso no quita que haya que «currar día a día». « Me lo dijo una vez Javier Sierra : ‘Esto solo se aguanta de una manera, con trabajo y más trabajo’».

Otra pregunta necesaria para escribir la novela, aparte de cómo sería robar en la Catedral, es esta: ¿cómo es vivir sin memoria? «Es un desafío, implica que todo está por descubrir y todo está por hacer», comenta el novelista pontevedrés. « Pero, al mismo tiempo, no tienes remordimientos por nada . Piénsalo. Todos hemos hecho algo de lo que nos arrepentimos amargamente, y si nos dieran una oportunidad de volver atrás lo cambiaríamos». Sería una vida «libre de cargas, pero al mismo tiempo sin raíces. Es maravilloso y terrible a la vez», un obstáculo que Laura ha de superar.

Este libro, además, llega en el momento idóneo:año Xacobeo. La Puerta Santa de la Catedral solo se abre en este periodo. La atraviesa Loureiro y recuerda:« Al atravesar esta puerta se dice que se limpian todos los pecados que se cometieron ». Aprovechen la oportunidad.

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