Más de la mitad de concellos son «zonas de alto riesgo incendiario»
De los 314 municipios gallegos, 195 corren un alto peligro de fuego, frente a 119 que no
La campaña contra incendios en Galicia arranca con el pronóstico de un estío más caluroso de lo habitual y la herencia de un invierno y una primavera especialmente secos. Un caldo de cultivo que ya asomó el pasado abril cuando una ola de fuegos recorrió la Comunidad de norte a sur dejando un saldo de cerca de 3.000 hectáreas arrasadas y que ahora amenaza con repetirse. Con el mes de julio ya inaugurado y todos los efectivos preparados — 5.700 profesionales de la Xunta, apoyados por personal del Ministerio de Agricultura, del Ejército y de los cuerpos de seguridad del Estado hasta sumar 7.000— el Gobierno gallego pide máxima prudencia y total colaboración para mantener el monte a salvo de los incendiarios, la mano negra que se esconde detrás del 85 por ciento de los fuegos. Como ejemplo de esta actividad delincuencial (contemplada en el Código Penal con condenas de hasta nueve años de prisión) basta decir que más de la mitad de los concellos gallegos son considerados «zonas de alto riesgo de incendio». Así lo recoge el Pladiga (Plan de Prevención e Defensa Contra os Incendios Forestais de Galicia) que remarca que de los 314 municipios que componen el mapa local de la Comunidad, 195 corren alto peligro de fuego, frente a 119 que no.
Más ojos en el monte
Desde el departamento do Medio Rural garantizan que en las parroquias de alta actividad incendiaria se realiza un seguimiento «exhaustivo» del territorio y se intensificarán los controles de vigilancia y disuasión. También se recuerda a los ciudadanos que tienen a su disposición el teléfono gratuito 085 para alertar acerca de cualquier conato de fuego o presencia extraña en el monte. El Pladiga de este año recoge, del mismo modo, que ocho parroquias gallegas acumulan un total de 601 incendios forestales en el último lustro, al haber registrado cada una de ellas entre 50 y un centenar de fuegos desde 2011 a 2016. Se trata de escenarios diana donde los responsables de la lucha contra el fuego tendrán puestas todas las miradas. Entre estas parroquias acostumbradas a lidiar cada verano con la llamas destaca el caso de Carballo, en el municipio coruñés homónimo, que alcanza los cien incendios. Le sigue la de Montes, en Cualedro (Orense), con 94 fuegos en cinco años; O Pereiro, A Mezquita (Orense), con 81 entre 2011 y 2016; Pontellas, O Porriño (Pontevedra), con 80. En la misma negra, y según informa Ep, figuran Tomiño, en el municipio de mismo nombre (Pontevedra), con 78; A Granxa, Oímbra (Orense), con 69; Ribeira, en el ayuntamiento homónimo coruñés, con 50; y O Tameirón, en A Gudiña (Orense), con 49.
Cernado, el punto negro
En lo tocante al número de hectáreas calcinadas por las llamas en la última década, la palma se la lleva la parroquia de Cernado, en el municipio orensano de Manzaneda, donde 3.962 hectáreas. El peor episodios de fuegos se vivió en este municipio en el verano de 2011, cuando un gran incendio quemó 1.800 hectáreas durante nueve días. De hecho, la superficie total afectada por los incendios en Cernado es superior a toda la quemada en las ocho parroquias con mayor número de fuegos en los últimos cinco años, que suman 2.874 hectáreas abrasadas.
Para poner coto a este saldo desolador, el Gobierno gallego se ha fijado un reto, el de no sobrepasar las 15.000 hectáreas quemadas al cabo de este año.
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