MUJERES EN LA CIENCIA

Más allá de Hypatia o Marie Curie

La subdirectora y la gestora del CIMUS, Mabel Loza y Ruth González han vivido en su propia piel la dificultad de ser referentes científicas en un mundo aún masculino

La subdirectora del CIMUS, Mabel Loza CEDIDA

Christian R. Pereira

Los estereotipos de género siguen lastrando por desgracia las carreras de muchas profesionales dedicadas a la ciencia. Las estadísticas y los estudios revelan una situación de desventaja de la que parten las mujeres con respecto a los hombres a la hora de labrarse una carrera en el ámbito científico. Lo cierto es que solamente la cuarta parte de los cargos en investigaciones y las cátedras universitarias están representados por mujeres . La educación y la formación en la igualdad pueden convertirse en las claves para revertir esta situación, por medio de la divulgación de los resultados de investigaciones lideradas por mujeres o de la muestra de referentes de la actualidad , más allá de Hypatia o Marie Curie. Es por ello que cada 11 de febrero desde hace ocho años se conmemora el Día de la Mujer y la Niña en la Cienci a. Dos investigadoras titulares del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CiMUS) de Santiago de Compostela reflexionan sobre la desigualdad entre hombres y mujeres en sus campos con motivo de la celebración de esta jornada.

Ruth González, bióloga y gestora del CiMUS, afirma rotunda sobre los logros de su carrera, «haber hecho todo lo que he querido». La catedrática de Farmacología de la Universidade de Santiago de Compostela y subdirectora del CiMUS, Mabel Loza, se muestra satisfecha de «haber llevado 15 nuevos fármacos a ensayos clínicos» en sus proyectos . En cuanto a los obstáculos, Loza afirma que «son intrínsecos a la carrera científicos y debes irlos superando». No obstante, para González lo más duro ha sido a hacer frente a las expectativas de la sociedad con una misma y que acabó interiorizando: «esperan que seas la madre perfecta, la profesional perfecta y que des el 200% en todas tus facetas. Cuando entras en conflicto con todas estas expectativas es muy complicado poner en la balanza la totalidad de los aspectos vitales».

La bióloga Ruth González es gestora del CiMUS CEDIDA

Un estudio reciente ha concluido que las niñas, a partir de los seis años, comienza a desarrollar una especie de rechazo hacia la ciencia . Todo ello viene derivado del estigma social, que repercute en la asociación que hacen de la ciencia con la «brillantez», y de la brillantez a su vez con la «masculinidad».

Sobre esta cuestión, Ruth González estima que la solución pasa por la educación en base a la igualdad de oportunidades . «Existen unos roles sociales que se perpetúan desde la más tierna infancia, empezando por los eslóganes de la ropa, sobre la que se borda «princesas» en las prendas de niña y «valientes» en las de niño. Por fortuna, cada vez somos más sensibles a estos patrones, aunque en campos como la ciencia deberían visibilizarse los referentes femeninos que existen», opina la bióloga. «Siempre, desde niña, he asociado el talento o la brillantez con las personas, nunca lo he visto como una cuestión de género», resalta por su parte Mabel Loza, en relación a su propia experiencia personal.

Pasos hacia la igualdad

La ciencia tampoco es un ámbito inmune al «efecto John-Jennifer», es decir, la infravaloración de una mujer frente a un hombre con sus mismos méritos a la hora de optar a un cargo de responsabilidad , en los que terminan por ser minoría. La paridad de cuotas se ha propuesto como medida paliativa a esta realidad, en la cual, en el caso concreto del ámbito científico, solo un 25 por ciento de las catedráticas e investigadoras son mujeres.

Ruth González cree que las cuotas «son un arma de doble filo : al tiempo que anima a muchas mujeres a dar un paso adelante en sus carreras, puede volverse en menosprecio de cara a las que lo consiguen alegando que es gracias a la propia cuota». «Creo que, en general, complementar todos los elementos que puedan fomentar la igualdad de oportunidades es bueno, aunque pueda variar en cada caso», considera la catedrática Mabel Loza.

La dirección del CiMUS ha puesto en marcha esta semana el Comité para la Gestión de la Diversidad de Género, de la que Ruth González es una de sus miembros. «Es una apuesta firme para que en el centro continúen su desarrollo la promoción del liderazgo o medidas de conciliación para las mujeres» .

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