OPINIÓN

Martínez: El factor humano

Ya se sabe que nada hay en política con más fuerza que aquello que el propio Indalecio Prieto llamó «las esclusas de la indecencia»

JUAN SOTO

Ni un tránsfuga, ni un traidor : es una persona que se hartó de poner la otra mejilla. Durante ocho años, los que van desde las elecciones municipales de 1999 a las de 2007, Martínez (36 años de militancia en el PSOE, diputado de las Cortes generales en dos legislaturas, alcalde de Becerreá) dio la cara en la Diputación de Lugo desde la inhóspita trinchera de la oposición. Eran los años de las mayorías aplastantes de Cacharro y fue Martínez quien, pleno tras pleno, batió el cobre en nombre de un partido que tuvo en él un fajador infatigable, tenaz, a prueba de golpes, incluidos los más bajos.

Cuando fueron convocadas las elecciones de 2007 y se supo que el PP no postularía nuevamente a Cacharro para la presidencia de la corporación provincial, el PSOE adquirió el compromiso (es cierto que tácito) de presentar la candidatura de Manuel Martínez . Era justo: conocía al dedillo los turbios vericuetos del edificio de San Marcos y podía acreditar una hoja de servicios plagada de sacrificios. Pero ya se sabe que nada hay en política con más fuerza que aquello que el propio Indalecio Prieto llamó «las esclusas de la indecencia». Y, como resumió el inefable Iglesias Corral cuando Barreiro se atrevió a lanzar el órdago que desalojó de la Xunta a Fernandez Albor, en aquella ocasión «pasou o que pasou».

«O que pasou» fue que Besteiro, empujado desde una nalga por Blanco y desde la otra por Orozco , se encontró sentado en lo que pensaba que sería su trampolín a la Xunta y ha devenido escotillón hacia la nada. No se dieron entonces, a Martínez, ni explicaciones por la burla ni razones de la estafa. Y el engañado tragó primero bilis y luego saliva.

La bufonada del pasado mes de junio fue una versión corregida y aumentada de aquella engañifa. Esta vez, el PSOE perpetró la trampa con los pantalones en los tobillos y poniendo el tafanario a disposición de la minúsucula representación del Bloque. No hubo confrontación de programas, ni negociación de áreas, ni debate de estrategias, sino canje de dinero. No hubo pacto entre partidos, sino entre partidas. Dicho de otro modo: Martínez no tuvo precio político, sino precio en moneda de curso legal. Al interesado no le pareció suficiente y los tasadores no subieron la puja. Tal para cual.

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