Luis Ojea - LA SEMANA

El día de la marmota

La película de En Marea va de atornillarse al acta y controlar el reparto de puestos en las listas

hay cosas que se ven venir. Y cuando efectivamente acaban sucediendo, en mi pueblo el análisis de esas situaciones se resume en un simple «érache visto». Uno puede enredarse en sesudas elucubraciones sobre el porqué, pero las autopsias no sirven para resucitar a los muertos ni para evitar lo inevitable. En Marea fue, es y será un invento fallido. No es fatalismo ni una cesión al determinismo. Es sentido común. Lo que no ha habido nunca en el rupturismo gallego. Hablan mucho de la «xente do común», pero no parece que se mezclen mucho con personas de ese perfil o al menos no les hace mucho efecto escucharlas. Porque si lo hicieran podrían haberse percatado de que «lo que mal empieza, mal acaba». Y la partitura de la confluencia populista empezó ya fatal, que es peor que mal, con aquel tuit de Pablo Iglesias de madrugada, al borde del plazo legal, forzando la integración de su partido en contra del criterio expresado mayoritariamente por sus bases.

Podemos nunca creyó en el invento. Ni Podemos ni tampoco el resto de los clanes de ese caótico universo. Se ha evidenciado estos dos años. Ni por lo civil ni por la Iglesia. Ese matrimonio de conveniencia estaba abocado al fracaso desde el minuto cero. Antes de la boda estaban ya todos, unos y otros, pensando en el divorcio. Esa es la clave de bóveda de todo este esperpento. El resto es la parafernalia surrealista con la que adornan su juego de tronos. Pero el nudo gordiano de toda esta descarnada lucha por el poder es quién se va a quedar con la marca. Con lo poco, o ya casi nada, que quede del patrimonio político de la que hace no tanto tiempo se había convertido en la segunda fuerza política de Galicia. Hoy en caída libre, con sus líderes enfangados en una vulgar pelea por el sillón.

De eso va esta película. De atornillarse al acta. De controlar el reparto de puestos de salida en las próximas listas electorales. Iglesias quiere, siempre ha querido, una marca blanca en Galicia. El modelo de los Comunes en Cataluña. Y Villares aspira, en cambio, a montar un nuevo BNG, un Bloque sin la U. La fórmula de Compromís en Valencia. Ambas apuestas son antagónicas. Por eso se veía venir la explosión desde el principio. Por eso y porque ya había pasado antes. Porque están siguiendo el mismo guión que ya protagonizaron en Amio o en la fractura de AGE. Mismos protagonistas, misma trama y mismo móvil del crimen. Pasó, pasa y volverá a pasar.

La única duda era cuándo iban esta vez a pulsar el botón de ignición. Seguramente estaban pensando en aplazar la operación al próximo verano, tras las municipales, para intentar evitar la factura que este bochornoso espectáculo va a suponerles en los comicios locales. Gómez Reino, Noriega y Ferreiro querían desgastar a Luis Villares para que cayese como fruta madura antes de las próximas autonómicas. Pero los fontaneros y muñidores, los de un lado y los del otro, han tensado demasiado la cuerda y ha acabado rompiendo.

Y lo han hecho como solo los rupturistas saben hacerlo. Con un estilo inimitable. Llamandose entre ellos «garrapata» y anunciando que «toca desparasitar». Quien usa esos términos no es un malvado fascista lleno de odio hacia el rupturismo. Quien se expresa así es uno de los gurús del rupturismo hablando de sus compañeros de confluencia. Hay que agradecerles este tipo de gags tragicómicos con los que mantienen la tensión narrativa de esta crónica de una implosión anunciada.

Relato de autodestrucción

Relato de la autodestrucción

Sí, «érache visto». El rupturismo está instalado en el día de la marmota. Como el personaje que interpreta Bill Murray en aquella película de los noventa que se distribuyó en España con el título «Atrapado en el tiempo». Una versión libre del clásico mito de Sísifo, con un arrogante personaje atrapado en el mismo día, condenado a repetir la misma historia. En este caso, la historia de la autodestrucción del rupturismo gallego.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación