ENTREVISTA

María Dolores Fernández Galiño: «Siempre se puede hacer más por abrir la institución»

Asegura que promoverá una Valeduría «cercana y útil», así como más rápida con la sede digital, que está «muy avanzada»

María Dolores Fernandez Galiño, tras la entrevista MIGUEL MUÑIZ

Pablo Pazos

Se cumple una semana exacta de su toma de posesión como Valedora do Pobo cuando María Dolores Fernández Galiño (O Carballiño, Orense, 1963) recibe a ABC en su despacho de la institución, en Santiago, junto al Parlamento. La mañana, lluviosa, le depara a la magistrada una apretada agenda laboral. Un atípico día veraniego. «En la Audiencia, como era órgano colegiado, las vacaciones eran en agosto. Me está tocando trabajar pero es algo que estoy haciendo con muchísimo gusto. Francamente, no me cuesta», asegura.

¿Cómo está siendo el aterrizaje en su nuevo puesto?

El aterrizaje está resultando muy intenso por lo que supone de novedad y de cambio, pero también con mucha autorrealización y muy satisfactorio, porque lo que me encuentro es un equipo muy comprometido con las funciones de la Valeduría y al mismo tiempo se está integrando gente nueva que viene con esa misma ilusión.

Desde que trascendió su nombre ha ido todo muy rápido.

Está yendo todo como tiene que ser, no eternizarse en procedimientos largos para trabajar cuanto antes. Todo con celeridad, como realmente son las propias funciones de la Valeduría, que intenta atender las demandas del ciudadano de una manera sumaria.

Asumir el cargo de Valedora era un reto al que no se podía negar.

Cuando decidí aceptar que me propusieran como candidata, lo que me pareció es que era un momento bueno en mi vida por el tiempo que ya llevaba en la judicatura. Era un momento bueno para poder aportar mis conocimientos a una actividad que me parecía muy ilusionante desde el punto de vista del servicio a la ciudadanía. Y yo, para aprender también. Esa posibilidad de transferencia de conocimientos a mí me estaba llegando en un momento, después de 30 años, que me pareció oportuno.

Accede a un rol más mediático. ¿Cómo se prepara para este cambio?

Efectivamente, efectivamente. Más mediático. Me gusta que me lo pregunte, porque yo lo digo: no tengo asesores de imagen. ¿Cómo se prepara uno para eso? Vengo de estar en el poder judicial 30 años y allí estamos pegados al caso, pero es una situación de conflicto y no podemos opinar ni tener esa proyección mediática, que en cualquier caso nos alejaría a nosotros del contenido de nuestra función. Y aquí te das cuenta que la colaboración con los medios es útil dentro de esta labor de apertura de la institución a la ciudadanía, y de pedagogía también. Lo que yo digo es lo que pienso y lo que siento en mi función institucional.

¿Cuáles serán las líneas maestras de su actuación?

El trabajo día a día en defensa de los derechos de la ciudadanía gallega, como no puede ser de otra manera. Ese es el principal eje de actuación. Evidentemente hay cuestiones que por su propia transversalidad, como puede ser la cuestión del feminismo, de la propia violencia [machista], de la atención a las personas con discapacidad, de la lucha contra la discriminación en cualquiera de sus formas, de la protección del medio ambiente, de la promoción y defensa del patrimonio cultural y lingüístico de Galicia... Hay que prestar atención a la transversalidad. Y a la universalidad de los derechos humanos y a su configuración, que también es progresiva, que va evolucionando. Cuestiones que no se estaban planteando hace 40 años, cuando se aprobó la Constitución, como todo el ámbito de los derechos digitales, se está viendo por el propio desarrollo de la vida, las costumbres y los ámbitos, que ahora tiene su relevancia.

¿Le ha dado tiempo a perfilar nuevas ideas?

Sí, claro, pero estamos hablando de que el equipo se está configurando, llevamos muy poco tiempo y mis ideas no las quiero anticipar, porque aquí también es bueno hacer un «brainstorming» y aportar todos, y no precipitarse y hacer las cosas con prudencia. Hay iniciativas, sí, que se están valorando, estudiando, unas van más avanzadas, otras menos avanzadas.

Como actuar con más rapidez.

Eso ya no es para nada iniciativa mía. Están muy avanzados los trabajos para instalar la sede digital. Yo aún no he tenido tiempo de pedir el calendario pero me están diciendo que va a aumentar muchísimo la capacidad de respuesta, se va a ampliar incluso la capacidad en esa celeridad de respuesta con la sede digital. Y el expediente digital, con lo cual se elimina el papel.

Anunció que el feminismo será su seña de identidad. Por primera vez dos mujeres encabezan esta institución en Galicia.

Efectivamente. Está María Xosé Porteiro como adjunta y yo como valedora. Y además, de momento, el personal eventual que se está incorporando -hay un personal ya de la casa muy comprometido, muy capacitado, que está desarrollando mucho trabajo, y hay nuevas incorporaciones-, hasta ahora somos todas mujeres, pero no es porque yo esté buscando precisamente ese perfil. Se está dando.

En su posesión hizo hincapié en que es «necesaria una labor de divulgación e impulso». ¿La Valeduría no se conoce lo suficiente en determinados estratos de la sociedad?

Lo que estoy viendo es que la gente demanda los servicios de la Valeduría y obtiene respuesta. Nunca es suficiente, siempre se puede hacer más por abrir la institución y por darla a conocer. Nunca, nunca nos vamos a poder dar por satisfechos y menos yo, que llevo aquí tan poco tiempo. Pero lo que veo es que las personas demandan los servicios de la Valeduría. ¿Que es como para quedarnos satisfechos y contentos y dejar de actuar? No. También por lo que me dicen funciona mucho el boca a boca.

Su mandato es por cinco años. Una vez transcurridos, ¿dónde pondrá el listón de su actuación?

En el trabajo diario, en el día a día, en esa capacidad de transformación de la propia institución, pero de transformación para dar respuesta a una sociedad que cambia, que evoluciona.

¿El convulso final de la anterior etapa condiciona o empieza de cero?

Aquí se está trabajando duro. Estoy mirando los datos de la memoria de 2018 y veo que se está trabajando duro. Cuando hablo de un proceso transformativo no hablo de empezar de cero, hablo de un proceso transformativo, de evolución, de adaptación, de dinamismo, de que son valores que se incorporan a la Valeduría do Pobo, pero a la Administración en general.

¿La imagen quedó dañada?

Hablamos en positivo, en eso es en lo que nos movemos, en nuestro objetivo, que vuelvo a decir que es el servicio a la ciudadanía. Y en la fortaleza institucional. Porque en la medida en que la institución es fuerte, aumenta por así decirlo la capacidad de respuesta y la capacidad de persuasión. Muchas a veces no se llega a formular una recomendación, simplemente con el hecho de iniciar la investigación y solicitar el informe el problema al ciudadano se le soluciona.

¿Cómo le gustaría que percibieran la institución los gallegos?

Cercana. Sí. Abierta y cercana, esa es la imagen que me gustaría. Y útil, en la medida en que se le solucionen a ellos los problemas.

¿Y a usted?

Quizás yo no soy la persona indicada para decir cómo me gustaría que me percibieran. Voy a intentar desempeñar mis funciones con toda la profesionalidad y con todo el rigor del que sea capaz.

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