Luis Ojea - CUADERNO DE VIAJE
Mareantes mareados
El esperpento protagonizado por AGE será una broma en comparación con la implosión de esta tropa
El sainete de las Mareas va a acabar como el rosario de la aurora. Tardará más o menos, pero el invento les va a acabar saltando por los aires. Ni siquiera se ponen de acuerdo en si son galgos o podencos, partido instrumental o coalición, porque en el fondo lo único que le interesa a cada tribu es garantizarse el control de la marca y las discusiones bizantinas en las que se enredan solo son la excusa para ir arrimando el ascua a su sardina. Es probable que en un alarde infinito de cinismo simulen aparcar las discrepancias hasta las elecciones, pero como no toquen moqueta en otoño el matrimonio de conveniencia se disolverá rápidamente entre reproches y acusaciones de traición.
Es un problema de egos, sin duda, pero también de posición política. La mitad de Podemos no soporta a la otra mitad, ninguno de ellos comparte gran cosa con el ideario de Anova y unos y otros miran con recelo como los cuatro de IU se llevan un trozo demasiado grande del pastel. Todos desconfían de todos, pero saben que la marca está de moda y sería suicida salirse ahora. Así que fingirán que la confluencia mola y este fin de semana estrenarán la función aparentando la mar de armonía. Hay que asegurarse un escaño, no vaya a ser que alguno tenga que estrenarse en eso de trabajar y tener un horario laboral.
Pero en este espacio político las treguas siempre son fugaces porque son adictos al caos. De tanto lío ya han acabado mareados y ni siquiera saben qué son. Van de asamblearios, pero la cúpula demuestra a diario un absoluto desprecio por la opinión de sus bases. Juegan a ser un poco nacionalistas, pero todas las decisiones estratégicas las adopta Pablo Iglesias en Madrid. Hace tiempo que empezaron a enseñar la patita y a estas alturas ya ni les importa mantener las apariencias.
Lanzada hoy la candidatura y arrinconado Beiras, el único que podía hacerles sombra a los nuevos druidas ungidos por Iglesias, cada clan buscará su sitio en la foto conscientes de que la banda ya no es tan cool como antes y que quizás se acerque el momento de la separación y de emprender carrera en solitario. El esperpento protagonizado por el grupo parlamentario de AGE será una broma en comparación con la implosión de esta tropa la próxima legislatura.