Las claves políticas de 2019

Un año marcado por el ninguneo y los oídos sordos de Sánchez con Galicia

La acumulación de citas electorales, con el cartel de «Gobierno en funciones», determinaron el ejercicio que acaba

Desde Moncloa solo se palió la deuda cuando el clamor fue nacional y el resto de la agenda sigue desatendida

Pedro Sánchez, con Abel Caballero, Inés Rey y Valentín González Formoso, en un mítin de las múltiples citas electorales ABC

Pablo Pazos

El casi finiquitado 2019 de sobredosis electoral quedará en los almanaques como un año de promesas incumplidas desde La Moncloa , de oídos sordos a las demandas de Galicia en medio de un clima que osciló entre la franca confrontación y la hostilidad. La Xunta lo intentó por todas las vías: en persona, por carta, por teléfono, con las ruedas de prensa de Alberto Núñez Feijóo tras cada reunión del Consello semanal... Sin éxito, porque dos no se entienden si uno no quiere, y el Gobierno en sempiternas funciones de Pedro Sánchez ha alternado entre dejar correr el calendario, con excusas como subterfugio para ganar tiempo, y dar portazo a las reclamaciones que se le formulaban desde esta esquina del mapa.

La agenda gallega, guardada en un cajón en Madrid. La acumulación de convocatorias electorales, con dos generales, unas municipales y europeas, que en el ámbito nacional no han servido todavía para despejar el panorama de la investidura, sirvieron en bandeja al Ejecutivo socialista el argumento perfecto para dejar toda petición en barbecho . El mantra del «Gobierno en funciones» como carta blanca para no intervenir. La concatenación de citas con las urnas tuvo otro efecto: como se denunció desde San Caetano, Sánchez y quienes se sientan en el Consejo de Ministros solo acudieron a la Comunidad para ofrecer mítines. Sirva de ejemplo la titular de Defensa, Margarita Robles , utilizando las demoradas fragatas F-110 para arañar votos en Ferrol . Notorio fue el enfado en la Xunta al constatar que, en más de una ocasión, ni siquiera recibían notificación previa desde Moncloa con la visita de algún integrante del Ejecutivo central. El propio Sánchez solo acudió en clave electoral, preferentemente a Vigo y arropado por los Caballero.

Deuda: tira y afloja

El gran caballo de batalla de Galicia durante todo 2019: la deuda impagada del Gobierno central . El «pufo», como lo bautizó Feijóo. Un agujero que llegó a medir 700 millones de euros. Durante semanas, meses incluso, en la Xunta sintieron que clamaban solos en el desierto. No fue hasta que se sumaron el resto de Comunidades, igualmente adeudadas , cuando adquirió dimensión de problema de primera magnitud. Antes de que Cataluña y Madrid se levantaran en armas judiciales, y se formara un coro de quejas, desde San Caetano se dio la batalla de forma tan incesante como estéril. La Xunta llegó a remitir un borrador de Real Decreto Ley con el que descongestionar fondos que comprometen partidas presupuestarias y ponen en riesgo pagar a funcionarios o atender servicios ensenciales.

El ruido, una vez se sumaron incluso presidentes socialistas, movió a Sánchez, últimas elecciones mediante, a levantar en parte el pie y desbloquear las entregas a cuenta –demostrando que la Xunta tenía razón: podían pagar pese a estar en funciones–. Pero Galicia, como ha recordado reiteradamente Feijóo, no va a perdonar un céntimo. Se lo recordó personalmente al propio presidente en funciones en una conversación telefónica reciente con la que el mandatario autonómico no se hizo ilusiones. Su sospecha es que todo podía quedar en un «paripé» tan «cordial» como inservible .

Se empezaron a pagar las entregas a cuenta, pero la Xunta insiste por el IVA y los incentivos, 370 millones

Cuando Sánchez le trasladó que, atada la investidura, promovería la legislatura de la «distensión territorial», Feijóo no se mordió la lengua: «Le dije que para rebajar la tensión territorial lo primero que tiene que hacer es que el Gobierno central cumpla con las comunidades autónomas en las deudas pendientes (...). Espero y deseo que de verdad esta vez se tome en serio este asunto y el Ministerio de Hacienda no se burle (...). Sería la tarjeta de presentación más clara no de distensión territorial, sino de máxima tensión». Sánchez replicó que «lo volvería a consultar». El pronóstico no es halagüeño. El Gobierno ha manifestado reiteradamente que no está dispuesto a pagar el IVA . Y ya ni hablar de la cantidad que corresponde a Galicia por haber cumplido con las reglas fiscales. Total: 370 millones.

La eterna demora del AVE

Feijóo también aprovechó la llamada de Sánchez para recordarle que Galicia sigue esperando la llegada del tren de alta velocidad. Sin discusión, la gran promesa largamente demorada . Un proyecto capital para recortar tiempos y agilizar las conexiones con la Comunidad, especialmente con el Xacobeo 2021 a la vuelta de la esquina -otro capítulo en el que el Gobierno sigue remoloneando y dejando para pasado mañana la asunción de un compromiso claro con un evento que San Caetano considera crucial para apuntalar la próxima década-. «Teníamos que estar finalizando la obra», le recordó el mandatario gallego al socialista cuando este comentó que quería «hablar de infraestructuras». También le refrescó la memoria con el resto de plazos incumplidos: recortar 50 minutos los viajes, abrir la conexión Zamora-Orense. Todo sin hacer .

El poso final de la interlocución Xunta-Moncloa lo resume una frase reveladora que compartió Feijóo con la prensa tras departir quince minutos con Sánchez: «No le puedo trasladar ninguna garantía a nadie».

Abel «Superstar»

Dos de cada tres vigueses le votaron en mayo y Abel Caballero se alzó con una mayoría absolutísima. Más poder aún para que el veterano político siga exprimiendo su recetario de populismo y ataques a la Xunta. En su guerra abierta con la Administración gallega no se para en barras. Proclama que mueve más turistas su espectáculo lumínico navideño que el Camino de Santiago y no mira atrás. Tampoco para retar en megavatios al alcalde de Madrid y poner sobre aviso al de Nueva York. Encantado de poner a Vigo en el mapa a base de recorrer las televisiones nacionales, donde triunfan sus dotes de «showman» para vender las bondades de la Navidad olívica, con la misma energía rechaza involucrarse en el Xacobeo porque eso «es Santiago», y ni se molesta en señalizar adecuadamente el itinerario de los peregrinos .

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, con el bastón de mando EFE/SALVADOR SAS

Su desafío a Feijóo no se atenúa , a tal punto que pareciera él el encargado, y no su sobrino Gonzalo, de hacerle oposición desde el consistorio vigués. Cualquier frente es válido: el Camino , por supuesto, pero también la iluminación del puente de Rande, o uno de los enfrentamientos más sonoros, la candidatura del Parque das Illas Atlánticas a Patrimonio de la Humanidad. En Vigo, al menos hasta 2023, nadie puede toserle.

Sin alcaldes rupturistas

El camino inverso al de Abel Caballero lo siguieron los alcaldes rupturistas. De un plumazo, y con estrépito, cayeron Martiño Noriega en Santiago, Xulio Ferreiro en La Coruña y Jorge Suárez en Ferrol. Tras solo cuatro años, las Mareas se quedaban sin poder municipal, desnudadas por su falta de gestión. Miel sobre hojuelas para el PSOE, que aupado a la ola de las generales se hizo con los tres bastones de mando. Los vecinos de las tres urbes les hicieron pagar un descontento fraguado en la desidia y la falta de acción desde las alcaldías. Sus derrotas fueron sonoras. Ferreiro decidió que había tenido suficiente y que lo dejaba . «Abandono la vida institucional, la primera línea de la política», asumía su derrota, las maletas hechas para regresar a su puesto como docente universitario. Noriega y Suárez siguen, pero ya como vestigios de un experimento de escaso recorrido.

Estado vs. familia Franco

A punto de cerrarse el año volvió a primer plano uno de los frentes judiciales abiertos en Galicia con la familia Franco. En este caso, para darles nuevamente la razón en la reclamación del Ayuntamiento de Santiago de las estatuas de Isaac y Abraham del Maestro Mateo. Pendiente de nuevo recurso, mayor calado presenta el otro frente, el del pazo de Meirás . A finales de enero se celebrará la audiencia previa al juicio por el palacete ubicado en Sada (La Coruña), tras el proceso abierto por el Estado para reclamar su titularidad el pasado mes de junio, al que se sumó igualmente la Xunta. «No estamos yendo contra nadie, simplemente defendiendo lo que es de todos », recordaba Feijóo. Los herederos niegan que la compra se simulara, como sostiene la Abogacía del Estado. Los tribunales tendrán la última palabra en una controversia largamente dilatada que seguirá viva en 2020.

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