Luis Ojea - La semana

El perro del hortelano

Hace tiempo, parece, que la batalla contra el Covid ha dejado de ser una prioridad para Pedro Sánchez

El ministro responsable de la gestión de la pandemia —en medio de una tercera ola que está pulverizando los récords de las anteriores— deja su cargo para ser candidato en Cataluña. ¿Insuperable? No, el presidente aumenta el despropósito defendiendo la operación con el argumento de que «el desafío» que Salvador Illa tiene por delante en aquella comunidad es «apasionante». Como si no fuese «apasionante», e incluso trascendental, que el Gobierno se enfrentase al desafío de un virus que cada día se cobra 40.000 contagios en este país.

Hace tiempo, en realidad, que la batalla frente al Covid parece que ha dejado de ser una prioridad para Pedro Sánchez . El martes lo dejó claro: «Durante 2020 estuvimos al frente de la emergencia sanitaria» —habla en pasado— «y en 2021 estamos» —se pasa al presente— «al frente de la estrategia de vacunación y de recuperación económica». Una de dos, o cree que con 500 fallecidos al día no estamos ante una emergencia sanitaria o abiertamente reconoce que ya no se siente responsable de gestionarla.

Los indicios apuntan a la segunda hipótesis. A una estrategia que comienza el 10 de junio de 2020, cuando el presidente del Gobierno afirma que «hemos vencido al virus» . Eran los tiempos de aquella campaña en la que su gabinete proclamaba que «salimos más fuertes» y en los que él animaba a «salir a la calle, disfrutar de la nueva normalidad y recuperar la economía». Lo cierto es que no habíamos vencido al virus. Lo cierto es que hoy sumamos el doble de fallecidos que se contabilizaban entonces y se ha multiplicado por diez la cifra de contagiados.

Seguramente Sánchez leyó muchos informes alertando del escenario actual. Por eso, a principios de otoño, se inventó aquello de la «cogobernanza», para tratar de evitar el desgaste y desviar cualquier responsabilidad de la tragedia a las autonomías. El problema es que el timo saltó por los aires tan pronto como las comunidades intentaron adoptar restricciones acordes a la situación epidemiológica de su territorio, pero que van más allá de los límites impuestos por el Gobierno en octubre.

Entonces España registraba una incidencia acumulada de 132 casos. Esta semana superamos la barrera de los 900. ¿Por qué el presidente que proclamaba que «todas las decisiones políticas deben basarse en la evidencia científica y en el criterio de los expertos» no permite actualizar la estratégica y aumentar las restricciones como aconsejan los epidemiólogos? Pues porque eso supondría aplazar las elecciones en Cataluña y esos comicios parece que son la única prioridad de este Gobierno, «el desafío apasionante».

Ese es el drama. Que ante una tercera ola descontrolada Sánchez ha decidido jugar el papel de «perro del hortelano». Un Gobierno que ni gobierna ni deja gobernar.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación