Luis Ojea - La semana

Impresiones de campaña

La clave de estos comicios estará en la participación y en la distribución del voto en el seno de cada bloque

Luis Ojea

En un escenario tan volátil como el actual resulta complicado para las empresas demoscópicas serias calcular con precisión un resultado electoral. Otra cosa son los delirios de Tezanos. Cualquiera puede hacer una porra . Y sí, a veces te toca una quiniela de doce. Pero es más difícil tener una primitiva de seis. En un contexto político como este la dificultad estriba precisamente en la combinación de detalles y matices. La clave de estas elecciones estará en la participación y la distribución del voto en el seno de cada bloque.

Lo que tenemos sobre la mesa a una semana son impresiones. La intuición de que el PP avanza y el PSOE cotiza a la baja. Parece que Pedro Sánchez se equivocó, y mucho, al leer los resultados del 28 de abril. Aquella noche, él y sus gurús decidieron volver a tirar los dados. Tenían un plan infalible. Propaganda y más propaganda . El uso más torticero que se recuerda de las instituciones públicas. Nunca la Junta Electoral había tirado de las orejas a un miembro del gobierno como lo hizo esta semana. Pero el postureo da para lo que da. Y parece que al prestidigitador se le está desmoronando el castillo de naipes.

El equipo electoral socialista no manejó bien los tiempos . Pero tampoco el relato. Sánchez se ha exhibido como un político frívolo e irresponsable. Ha jugado con el país y lo ha llevado al borde del precipicio, al abismo de una recesión y una crisis institucional sin precedentes. Sus enjuagues y componendas pueden funcionar como gag en «House of Cards», pero otra cosa es la vida real.

Y en la vida real no se entiende su actitud. Ni la de sus palmeros. Gonzalo Caballero fió su destino y el de su organización al de su jefe de filas. La caída de Pedro Sánchez será la del PSdeG. Si la hipótesis de un socialismo a la baja se confirma, Caballero saldrá tocado de las elecciones de la próxima semana . Él avaló los agravios del Gobierno a Galicia. Y quizás el próximo domingo empiece a pagar la factura de bendecir que el Ejecutivo Central secuestrase fondos autonómicos o pusiese en riesgo el futuro de sectores estratégicos como la industria electrointensiva.

El 10N puede ser el principio del fin de Caballero. Si retrocede, no es descartable que empiecen a surgir voces en su partido que cuestionen su rumbo. En realidad, su huida hacia ninguna parte. Porque el presunto líder del PSdeG, en verdad, nunca ha sido un líder. Más que ningún otro, él se juega su futuro político en las elecciones de la próxima semana. También se juega mucho la otra izquierda. Estos comicios permitirán redefinir el tablero del rupturismo. El pulso entre Iglesias y Errejón no acaba el próximo el domingo, pero estos comicios clarificarán la fuerza real de cada familia en ese universo político. Además, si el populismo en conjunto resiste el envite del BNG, en ascenso, la izquierda llegará a 2020 más dividida que nunca. Justo lo contrario de lo que parece que está sucediendo en el otro bloque. El centroderecha se está reunificando. No parece descabellado pensar que Ciudadanos y Vox se quedarán sin escaño . Si eso sucediese, miles de votos se estarían escurriendo por el sumidero de la ley electoral. Votos de un segmento de la población que quiere a Sánchez fuera de la Moncloa, pero que no sumarán para desbancarlo. Ya ocurrió en abril. Y es posible que, aunque en menor medida, se vuelva a producir ahora en noviembre. Al revés del dicho popular, para el PP puede ser hambre para hoy y pan para mañana. El mejor ejemplo que podría esgrimir de cara a las autonómicas del riesgo que supone dividir el voto. En todo caso, parece que esa fragmentación se reconduce.

La reorientación de la estrategia de Génova hacia la moderación está favoreciendo el regreso al PP de un porcentaje significativo de votantes que habían desertado a otras marcas o a la abstención. Así empieza la campaña. O así parece empezar, porque las encuestas son eso, encuestas. Pero las sensaciones que desprenden unos y otros en el arranque de campaña van en esa dirección. Lo ocurrido desde el 28A ha supuesto un punto de inflexión y un cambio de tendencia . El PSOE cotiza a la baja y el centroderecha se está reunificando. El nivel de participación y la distribución del voto en cada bloque político serán los factores determinantes del resultado.

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