Literatura santiaguesa, del libro al mapa
Compostela Xeoliteraria es un proyecto que lleva las palabras a la cartografía. Una mezcla de historias y lugares que se convierten en planos que transportan la imagen que tenían de la ciudad los grandes autores de los dos últimos siglos
La zona vieja de Santiago esconde miles de rincones, bares, tiendas o pubs que merece la pena conocer. Algunos de ellos llevan ahí décadas y parece que el tiempo no ha pasado por ellos. Otros han cambiado o, simplemente, ya no existen. Gracias a la literatura podemos recuperar esos sitios, a través de la mirada de quienes protagonizaron de alguna forma u otra momentos allí. Una visión que está un poco más cerca nuestra, gracias al proyecto «Compostela Xeoliteraria», una experiencia que cartografía la ciudad con un valor añadido: sitúa las referencias a la localidad con exactitud en un mapa: el lugar, la calle, el libro.
Murguía, Rosalía, Pardo Bazán, Valle-Inclán… son algunos de los autores que dedicaron líneas a la capital gallega y decidieron plasmar sobre el papel lugares, sensaciones o momentos de las calles compostelanas. Y también son los que recoge este trabajo, dirigido por el catedrático de la USC Fernando Cabo . Junto a él colaboraron investigadores de Cáceres y Huelva, «que comparten una preocupación común por la geografía literaria», afirma Cabo. Este trabajo se sitúa entre 1842 y 1926, ya que «en esa fecha de inicio se realiza la primera representación literaria moderna sobre la ciudad, con un artículo de Neira de Mosqueira», afirma el catedrático. Por su parte, el 1926 fue elegido por la aparición de la «Guía de Galicia» de Otero Pedrayo, que dedica un espacio a la capital de Galicia.
«Compostela Xeoliteraria» nace, además, con una clara vocación de cartografiar un tipo concreto de publicación: las conocidas como estudiantinas, novelas sobre el tan conocido y abundante mundo estudiantil de Santiago, un género con «representantes muy llamativos pero con textos que quedaron fuera», como alguno de Rosalía de Castro. Es una de las vías de expansión de este proyecto, que refleja acciones, proyecciones y afectos y que se quiere seguir ampliando en un futuro. También se busca continuar en cuestiones como «la memoria y los afectos en la relación con el espacio», comenta Cabo.
Estas estudiantinas pueden ser consultadas con un vistazo general dentro del mapa, aunque también se pueden mirar las referencias que se realizan en una obra concreta sobre la ciudad: destaca «La casa de la Troya», en la que además de la zona vieja toma protagonismo la Plaza de Galicia o «La Muceta Roja», en la que se aprecia una mayor presencia del Barrio de San Pedro, también muy cercano a la parte monumental e histórica.
Es evidente que todas estas ideas no serían posibles sin un exhaustivo trabajo previo, un trabajo de unos dos años y medio, pero que buscaba «dar un salto a una representación más visual», comenta el director del proyecto. Con todo, Cabo confirma que este tipo de proyectos es una «tradición muy viva en los últimos años dentro de los estudios de la cultura y la literatura» con los mapas como elemento de bandera. Cabe destacar la presencia de un alto capital humano, con un total de 10 personas involucradas en sacar adelante «Compostela Xeoliteraria».
Aunque este tipo de acciones tampoco serían posibles sin una financiación potente. Una tecnología y un trabajo que eleva la cantidad a las cinco cifras, con un coste que se va a 60.000 euros, muy dependiente de la financiación de instituciones gubernamentales. Gracias a estos mapas, solo queda pasear por Santiago viendo una imagen distinta de la ciudad.