ENTREVISTA ALCALDESA DE LUGO
Lara Méndez: «La división entre lo nuevo y lo viejo juega en contra del PSOE gallego»
Se proclama «socialista de cuna» y dice que Orozco convirtió a Lugo en una «ciudad orgullosa de sí misma»
La alcaldesa Méndez se convirtió en una de las sorpresas de las municipales. Relevó al carismático Orozco y no tiene dudas sobre su legitimidad. Agradece los servicios prestados al exalcalde, pero se muestra convencida de que la ciudad vive un tiempo nuevo.
—Los vecinos de Lugo tienen una «alcaldesa inesperada». ¿Cómo lo han asumido? ¿Ya lo han digerido?
— Yo creo que ya está digerido. Teníamos un candidato, era nuestro cabeza de lista y era la persona que queríamos que fuera el alcalde. Las circunstancias y la decisión de la ciudadanía dijeron otra cosa y los grupos pusieron precio a la elección del alcalde y López Orozco, en un acto que le honra, dio un paso atrás para que no gobernase el PP.
—¿Su renuncia se ha convertido para usted en un reto? ¿ Hay una dosis de temeridad en su aceptación?
— Temeridad no. El reto es complicado. Es cierto que no era la cabeza visible, pero asumí la alcaldía con un orgullo tremendo. Orozco convirtió a Lugo en una ciudad orgullosa de sí misma. En todo caso, las comparaciones no son buenas porque el exalcalde tiene un bagaje de 16 años y para mí es el año cero, aunque formaba parte de la lista electoral socialista.
—En todo caso la vida es desatenta, ¿no le parece? ¿Ha explicado bien el PSdeG cómo ha prescindido de Orozco y lo ha escondido?
— Nosotros cerramos filas en torno a Orozco, le dijimos que la decisión era suya y era personal, por encima del partido, e íbamos a respetar su decisión. Él dijo que su partido no se merecía pasar a la oposición y el gran esfuerzo fue de López Orozco.
—¿Han pasado muchas cosas en Lugo para hilar bien una explicación: el exalcalde renuncia, el secretario provincial Santín dimite, Gómez Besteiro imputado y la expulsión de Manuel Martínez?
— Son muchas cosas, pero hay una gran diferencia porque en el Concello primó el interés colectivo frente al interés personal y en la Diputación primó el interés individual frente al colectivo. Teniendo en cuenta que Martínez es un compañero capaz, pero no se trataba de una cuestión de partido sino de conformar un gobierno progresista y no poner un presidente.
—¿El PSdeG valora en su justa medida la militancia? ¿Cómo puede ser que un militante de 40 años como Manuel Martínez pueda ser etiquetado como un traidor?
— Es verdad que no fue lo mismo ser socialista en los 70, en los 80 y en los 90. Incluso en la época de Felipe González llegó a estar mal visto ser socialista por la situación que se estaba viviendo y se nos señalaba por la calle. Yo soy de una familia socialista de cuna, en la que militamos tarde, pero eso no significa que no sepamos ver lo que significó ser una persona de izquierdas y reivindicarlo. Ahora bien, nosotros tenemos unos estatutos que son los que nos rigen.
—Y esta asociación entre PSdeG de Lugo y corrupción política, ¿que opinión le merece?
— Es incorrecta totalmente, me parece tremenda. Yo misma estuve imputada durante 5 años y ahora se trata en algunos foros como un error judicial. Yo creo que es desmesurado estar diez horas detenida en un calabozo para que después te digan buenas noches y te vayas a casa. Llegó un momento en que lo anormal era no estar imputado.
— La bajas en el PSdeG como la de González Santín y la de Manuel Martínez son calificadas por algunos sectores como «oscuras maniobras» de la dirección cuyos intereses no están claros. ¿Le repugnan estas insinuaciones?
— Yo creo que sí. Podemos discrepar, pero yo creo que si tenemos algo común es que no nos mueven intereses económicos. Hay posiciones dispares, erradas o no, pero lo demás no se asocia con el PSOE.
—Tampoco José Blanco vive una luna de miel con la dirección y no hace mucho tiempo era el ejemplo. ¿Tiene relación con el eurodiputado?
— Sí, yo tengo contacto. No tengo una relación fluida porque no la tuvimos nunca, pero es muy respetuoso con las instituciones y con el partido. En todo caso, lo que sí es cierto es que como ministro hizo más que nadie por Galicia y por Lugo.
—¿Qué le ocurre con la teniente alcalde de Ferrol? ¿Se turna con Sestayo para defender a Besteiro, mientras su compañera lo cuestiona?
— Yo no lo veo como una polémica. Recientemente estuve en Ferrol y coincidimos en la Ejecutiva con Touriño. La valoro y la aprecio. Yo por otro lado llevo trabajando ocho años junto a Gómez Besteiro, sé cómo es y sé que le preocupa el bienestar de los lucenses y conozco su trabajo y su capacidad.
—¿Gómez Besteiro depende sólo del juzgado?
— En este momento sí. Es el primer secretario general avalado por la militancia. Si no tuviera la imputación, nadie pensaría en otro candidato a la presidencia de la Xunta y esto pone de manifiesto lo que puede lastrar una imputación mientras se mantiene en el tiempo. La Justicia condiciona por la temporalidad de la situación y por la poca premura que se visualiza.
—¿Besteiro cuenta con el liderazgo político y el bagaje necesario para liderar el país?
— Totalmente capacitado, lo veo con Galicia en la cabeza, viendo las peculiaridades de la provincias. Ahora cuando una persona está imputada, parece que no estás legitimado para hablar en un foro, eso te merma y te condiciona... Yo estoy convencida de que si Besteiro no tuviera la imputación estaría hablando de Galicia y de la hoja de ruta para que el país tuviera un crecimiento que no ha tenido.
—¿Cómo han conseguido convertir sus problemas internos en el programa del PSdeG?
— Esto nos pasa factura. Si el secretario general estuviera en una posición más fuerte y no tuviera el lastre de la imputación, esta situación no se hubiera dado, o se hubiera dado en otra medida.
—¿Las Mareas conseguirán superar al PSdeG?
— Como partido es lógico que tengan este objetivo, nosotros trabajaremos para ser la fuerza más votada y es cierto que el mapa ha cambiado, la sociedad es más plural. Cuando yo empecé en política estábamos hablando entre izquierdas y derechas y ahora la división es más entre lo viejo y lo nuevo, y esto juega en contra del PSOE porque no se nos asocia como un partido de izquierdas.