Incendios

A juicio el miembro de Protección Civil acusado del fuego que en 2013 mantuvo en vilo el hospital de Ribeira

Conoce el perfectamente el monte incendiado, sus caminos y las condiciones atmosféricas que ese 27 de agosto, sostiene la Fiscalía, favorecieron la rápida propagación de las llamas. Ardieron 180 hectáreas de monte arbolado y fue necesario desalojar varios núcleos de población por peligro real para los residentes

Incendio en la zona del Barbanza en una fotografía de archivo EFE

ABC

El hombre que este miércoles se sentará en el banquillo como presunto responsable del incendio que el 27 de agosto de 2013 sembró el pánico en el entorno de Ribeira (La Coruña) es un perfecto conocedor del monte incendiado , de sus caminos y pistas y de las condiciones atmosféricas que esta tarde-noche de verano favorecían la rápida propagación de las llamas. «Es cazador y ha participado en labores de extinción de varios incendios en su calidad de miembro de Protección Civil . Incluso, sin ser miembro de Protección Civil, de forma voluntaria ha acudido a apagar incendios, con la disculpa de colaborar en la extinción, siendo uno de los primeros en llegar a los lugares afectados», expone la Fiscalía en su escrito de calificación en el que pide para el acusado 15 años de prisión como responsable de un delito de incendio con peligro para la vida o la integridad física de las personas, o, alternativamente, pena de seis años y multa de 24 meses con una cuota diaria de 12 euros por un delito de incendio forestal. Se solicita asimismo una indemenización de algo más de 85.000 euros por los gastos de extinción ocasionados y 79.000 adicionales por las pérdidas en madera causadas a los propietarios de montes.

El día 27 de agosto de 2013, hace notar el Ministerio Público, las condiciones ambientales para la propagación del fuego eran altas : un día sin lluvia y con viento del nordeste-sureste con velocidad de unos 15-20 km/hora y rachas de 45 km/hora, temperatura media de 21,9 grados, humedad relativa del 62%. Sobre las 20.15 horas, «con la intención de incendiar el monte, y a sabiendas de que el fuego se podía propagar a lugares habitados », subraya, aparcó su coche debajo de un puente en la autovía del Barbanza y se dirigió a pie, por un camino de tierra en la zona denominada A Carballa, en la parroquia de Palmeira. Mientras iba caminando, prosigue el relato de los hechos facilitado por la Fiscalía, creó al menos tres focos de fuego en la proximidad de dos núcleos rurales, el de Carballa y el de Deán el Grande, dos en la parte derecha del ramal CP-7310 y, al menos uno, en la parte izquierda. Los puntos de inicio los materializó en lugares paralelos a la autovía.

La dirección del viento provocó que el desplazamiento del fuego fuera muy rápido desde la zona de Palmeira hasta el polígono de Xaras y Hospital del Barbanza. Como consecuencia se desató un incendio voraz, que obligó a cortar la autovía (en algunos puntos se tardó hasta ocho horas en poder restablecer el tráfico), forzó el desalojo de los núcleos de población y el polígono industrial de Xarás , donde se calcinarion varios vehículos en un desguace, y mantuvo en vilo al hospital comarcal del Barbanza: la evacuación, apunta la Fiscalía, «se consideró seriamente (...) creándose un retén para el evento, aunque finalmente no fue necesaria debido a las labores de extinción».

Las labores de extinción duraron 60 horas y la superficie final afectada superó las 180 hectáreas . Los gastos de extinción asumidos por la Xunta de Galicia ascendieron a 85.203,42 euros y las pérdidas en madera se calcularon en 79.062 euros para las comunidades de montes afectadas y el Ayuntamiento de Ribeira, conveniados con el Servicio de Montes de la Xunta de Galicia.

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