Juan Soto - EL GARABATO DEL TORREÓN

Toda Galicia en Luz Pozo

Ribadense de 1922, a Luz Pozo Garza (tres palabras que parecen salidas de un poema, decía Gerardo Diego) mucha gente, incluso de la cofradía de las Letras, la hacía de Viveiro, del Viveiro de su adolescencia, de su juventud, de los años de la Academia Minerva, de su matrimonio con Paco Vázquez Ramudo. Pero Luz era de nación ribadense y tuvo en el gran Gamallo Fierros su primer mentor y el padrinazgo literario que la tuteló en Madrid. Ahora veo al sabio becqueriano poniendo en manos de Gerardo Diego un ejemplar de «Ánfora». Luz era una mujer joven, de 28 años, delicada, sensible, culta y, además, bellísima, de una belleza que no amustió el pasó del tiempo.

Todavía se leen con gusto los versos de «Ánfora», pero quizá resultase desmesurada aquella Tercera de ABC que les dedicó don Gerardo, una Tercera que le salió un poco cursi al ya entonces numerario de la RAE y en la que los versos de Luz aparecen atildados (tome nota el lector) con «la plata orbayada (sic) de Galicia» Últimamente, leíamos a Luz Pozo en un mensuario que le reservaba la última página. Todavía fulgían de vez en cuando diamantes arrancados a un corazón que retornaba al pasado o se desgarraba con alguna tragedia personal.

Cuando los años nos acercan al último día del invierno, el regreso a los orígenes es siempre un camino inevitable. Quizá por eso, el último libro de Luz Pozo esté dedicado al pazo de Tor , en el País de Lemos. Ahora es propiedad de la Diputación de Lugo y el arriba firmante recuerda muy bien las negociaciones para la adquisición a su última propietaria, la doña María de la Paz Taboada. Allí, en el archivo del pazo de Tor, está la historia toda de los Garza, los pergaminos que dan noticia de aquel don Pedro García de Castillón, trastatarabuelo de Luz Pozo. Toda Galicia, pues, en el itinerario sentimental de la escritora que acaba de dejarnos. Tierras de Lemos, la clara luz ribadense, el Viveiro romántico, el Vigo de la segunda felicidad, A Coruña de los últimos años.

No sé si queda de Luz Pozo obra inédita . Páginas no recopiladas sí que debe haber bastantes, porque su generosidad le impedía negar cualquier colaboración que le fuese solicitada. A Juan Carlos Neira, director del «Heraldo de Vivero» he de pedirle el obsequio con una de aquellas hojitas impresas con la letra del himno del Congreso Eucarístico Comarcal de Viveiro. A ver si hay suerte.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación