Juan Soto - El garabato del torreón
De re oratoria
A Carballo Calero no le hacía yo gran orador, quiero decir que no lo incluía entre los grandes oradores de Galicia
Editado por el Parlamento de Galicia, debe de estar a punto de salir el libro que la profesora Pilar García Negro dedica a una de las facetas más desconocidas de Carballo Calero (Carvalho, para mi querida, admirada y reintegracionista amiga), la de orador. Están allí varios de los más importantes discursos -algunos políticos, académicos otros- pronunciados por quien fue uno de los intelectuales mayúsculos de la Galicia contemporánea, título para cuyo aval sería suficiente su imprescindible «Historia da literatura galega contemporánea», tantas veces parasitada al modo usual entre nosotros: sin cita de autor.
A Carballo no le hacía yo gran orador, quiero decir que no lo incluía entre los grandes oradores de Galicia . La oratoria, no se olvide, es un género literario, y así como uno puede ser buen poeta y mal prosista, también se puede ser agudo ensayista y orador mediano. O al revés. Y además que la oratoria admite particularidades y diferencias. Por ahí anda un antiguo manual de oratoria sagrada (que antes era asignatura de mucha exigencia en los seminarios) que dedica una de sus lecciones a la materia titulada «Del accionar de pies».
Para muchos (para muchos y muchas, diría la pizpireta ministra Montero), el paradigma de la oratoria en la Galicia del siglo XX lo encarna don Ramón Otero Pedrayo . Tuvimos la enorme suerte de escucharle en dos o tres discursos, magníficos de erudición, expresión y entonación, pero quizá, para nuestro gusto (éramos entonces demasiado jóvenes), un tanto anacrónicos por su barroquismo.
El gran don Ramón era, por lo visto, muy admirador de don Marcelo Macías, «el Cicerón cristiano», que dijera doña Emilia. Don Marcelo era canónigo y catedrático de Literatura en el instituto del Orense pedrayano. Aunque astorgano de nación, su vinculación con Galicia fue muy intensa. Figura entre los cuarenta fundadores de la Real Academia Gallega y acabó siendo Hijo Adoptivo de Orense (y de Lugo, creo que a iniciativa de Amor Meilán). Don Ramón le consagró una casi hagiografía: «Vida del doctor don Marcelo Macías y García». Si a alguien le interesa, sépase que está reeditada por la Diputación de León . El ejemplar propiedad de servidor le fue obsequiado por Francisco Cacharro cuando presidía la de Lugo. A cada uno lo suyo.