Ejemplo de autocrítica

Es sabido que la alcaldesa de Lugo está adornada con virtudes de toda naturaleza, ya de orden político cuanto intelectual. No es la menos estimable de todas ellas su aptitud para el ejercicio de la autocrítica, disposición, por cierto, a la que suelen ser refractarios sus colegas («y colegos», añadiría la señora Méndez , siempre dispuesta a reforzar gramaticalmente el uso no discriminatorio del lenguaje), recalcitrantes practicantes de la contemplación umbilical.

La última verificación de la voluntad autoflagelante de la señora alcaldesa es reciente: cursó invitación pública a los lucenses a visitar el cuartel de San Fernando, un edificio del siglo XVIII, de titularidad municipal y que mereció en su día ser catalogado de Bien Interés Cultural . La prerrogativa, sin embargo, no bastó para impedir su ruina, consecuencia del abandono al que lo mantiene sometido, desde hace años, la institución a la que pertenece en propiedad, es decir el Concello que preside la señora Méndez. La salvación del edificio, en el centro histórico de Lugo, pudo haberse producido si, como se pensó en algún momento, hubiese sido destinado a auditorio municipal, finalidad, por cierto, que llegó a estar avalada por la convocatoria de concurso público, resuelto y fallado con todas las de la ley . Están todavía sin explicar los motivos que decidieron al Concello de Lugo a cancelar el fallo y, en consecuencia, a no ejecutar el proyecto ganador.

En todo caso, elogiemos la valentía de la señora Méndez: exhibe ante los lucenses, con toda inverecundia, los resultados de su incompetencia. Gracias a la inacción del Concello, el cuartel de San Fernando está a un paso de convertirse en un montón de escombros. Pero antes de que tal cosa suceda, la alcaldesa ha tenido el detalle de presidir el funeral, encabezar el duelo y entonar su ‘mea culpa’. Es un gesto autoflagelante que la honra.