José Luis Jiménez - Pazguato y fino
Adiós, jabata de Monte Alto
El adiós de Bea Mato es un punto y aparte para el PP coruñés, una ventana de nuevas oportunidades, como las que se le abren a ella
En política hay que saber irse. Hay que hacerlo sin pedir nada a cambio, reconociendo cuándo llega el momento de colgar las botas, sin miedo a recuperar una vida en el sector privado, menos expuesta, menos hipotecada por el ojo público, con menos sacrificios personales y familiares. Una existencia anónima. Cuando alguien les pregunte por un ejemplo concreto, pueden referirse al que ayer dio Bea Mato para abandonar la actividad política de manera definitiva, tras casi 15 años de entrega incondicional al PP .
Nacida en Baracaldo por el traslado de su padre a trabajar en los Altos Hornos, ella siempre se identificó como la «nena de Monte Alto», su barrio coruñés. Eso debió imprimirle el carácter del que hizo gala durante toda su carrera política, primero como delegada en el Igape, luego en la Consellería de Pesca, posteriormente como protavoz de trabajo en la oposición durante la etapa del bipartito y luego conselleira en los gobiernos de Feijóo hasta que aceptó el difícil reto de optar a la alcaldía de La Coruña en las pasadas municipales. Quizás este salto debió haberlo dado con anterioridad , aunque ello no impidió que ganara las elecciones en la ciudad, a pesar de la ola favorable socialista.
Carácter tiene, y no poco. No siempre fácil de llevar para sus colaboradores más cercanos, que a pesar de todo reconocen la tenacidad y el coraje con que entendía la actividad política. Mato fue conselleira de Traballo en el peor momento de la crisis económica, y logró firmar el primer acuerdo de Diálogo Social con sindicatos y patronal de España en 2010. Feijóo no dejó nunca de reconocer su capacidad de interlocución con las centrales sindicales , a pesar de años de obligados recortes. Eso, y la lealtad inquebrantable a cuanto encargo le planteaba, como su etapa al frente de Medio Ambiente.
Bea Mato nunca rehuyó una batalla . «Tiene flor», comentaban como chascarrillo sus compañeros de La Coruña cuando lograba los mejores resultados en autonómicas por su provincia. Ella no ha esperado que se marchite del todo para abandonar el barco y dar las gracias por todos estos años de travesía. Carácter tiene, pero los suyos siempre se refieren al gran corazón que atesora, que no buscaba la foto ni pedir contrapartida.
El adiós de Bea Mato es un punto y aparte para el PP coruñés, una ventana de nuevas oportunidades, como las que se le abren a ella. Se va no la nena, sino «la jabata de Monte Alto». Y puede hacerlo con la frente bien alta.