FILICIDIO EN OZA-CESURAS
Investigan si el asesino confeso de La Coruña planeaba fugarse tras matar a su hijo
Pasó la noche del crimen en el hostal donde la Policía lo encontró después de que su mujer denunciase que no le había devuelto al niño
Un electricista coruñés de 43 años acabó en la noche del pasado domingo, presuntamente, con la vida de su único hijo , de solo 11. Según la reconstrucción de los hechos que el acusado realizó este lunes en presencia de los investigadores, en vez de devolver al pequeño a su madre en el punto de encuentro acordado se dirigió con él a una zona boscosa del municipio de Oza-Cesuras donde, atendiendo a su confesión, le asestó un golpe en la cabeza que resultó fatal. La alerta la dio la madre del menor, que denunció ante la Policía que su expareja — en tratamiento psiquiátrico — no había acudido a la cita prevista a última hora del domingo.
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Los agentes activaron las pesquisas y localizaron al hombre en un hostal de La Coruña . Fuentes próximas al caso informaron a ABC de que en la habitación encontraron una maleta preparada con ropa y utensilios de aseo , por lo que no se descarta que el hombre estuviese ultimando los detalles para fugarse. En este mismo escenario, los agentes lograron que el presunto filicida se derrumbase y les contase qué había hecho con el menor y dónde estaba su cuerpo, tras lo que fue inmediatamente detenido. Ayer martes, el autor confeso de los hechos regresó al hostal para repasar de nuevo la noche del crimen. Por el momento se desconocen la causas que desencadenaron el suceso , a espera de que el hombre pase hoy a disposición judicial y responda a las preguntas de la magistrada encargada de las actuaciones, del Juzgado de Instrucción número 7 de La Coruña.
Denuncias por amenazas
Lo que sí se ha confirmado es que existen dos denuncias presentadas por la madre del niño contra el arrestado, ninguna de ellas reciente. La primera data de 2008 y se resolvió con una sentencia condenatoria por un delito de coacciones . En la segunda, presentada en 2013, la mujer denunció que estaba siendo amenazada a través de las redes sociales , pero fue sobreseída. En la actualidad no constaba ninguna orden de alejamiento cautelar ni ninguna otra medida.
El pequeño pudo morir de un fuerte golpe en la cabeza con una pala
Acerca de cómo se produjo la muerte del pequeño, los investigadores consideran que se debió a un fuerte golpe en la cabeza que el pequeño habría recibido con un objeto contundente, probablemente una pala. La principal hipótesis de trabajo también apunta a que el niño fue trasladado desde La Coruña a Oza-Cesuras —a unos 20 kilómetros de distancia— en coche. Después, el padre se habría dirigido a una plantación de eucaliptos muy cercana al lugar donde reside parte de su familia. Allí, supuestamente, bajó al niño del vehículo y le propinó un golpe que resultó mortal. Todo hace pensar que lo arrastró varios metros monte arriba hasta el paraje donde fue encontrado finalmente y que desistió de enterrarlo. En el lugar trabajaron durante ocho horas seguidas cinco agentes de la Policía Científica que recabaron todo tipo de pruebas para incorporar al caso. Los resultados de esta exploración del terreno se cruzarán con las conclusiones de la autopsia del menor, que previsiblemente se darán a conocer a lo largo del día de hoy.
Consternación en el colegio
La trágica noticia de la muerte del niño, que recibía clases en el mismo colegio donde su madre trabajaba como conserje , consternó tanto a los vecinos del barrio coruñés donde residían como a los habitantes de Oza-Cesuras. En ambos ayuntamientos se decretaron dos días de luto por una muerte que todos consideran «incomprensible». El Gobierno gallego mostró su «más enérgica condena y repulsa» y el pleno del Parlamento guardó un minuto de silencio en recuerdo del pequeño. El alcalde de La Coruña, Xulio Ferreiro, también trasladó sus condolencias a la madre del menor hallado muerto e instó a la ciudadanía a «demostrar que están con la familia en estos momentos duros» en el minuto de silencio convocado hoy a mediodía ante el Palacio Municipal de María Pita.
La pareja llevaba siete años separada y vivía en las inmediaciones del barrio de Labañou. Nada más conocerse el suceso, un equipo de psicólogos de la Axencia Galega de Emerxencias se desplazó al domicilio de la familia para prestar asistencia a la madre del fallecido, de 37 años. Según algunas informaciones, su expareja la habría amenazado en alguna ocasión tras la ruptura de la relación con «darle donde más le dolía» . El crimen podría ser calificado como un nuevo caso de violencia de género en la Comunidad.