DESPOBLACIÓN

La inmigración, mano tendida a la pérdida de vecinos en el rural

La llegada de población venezolana a Orense evitó que colegios sin niños echasen el cierre

Una pareja de vecinos en el rural gallego MUÑIZ

Patricia Abet

La emigración marcó el paso en las últimas décadas del siglo XX en comarcas rurales como Terra de Celanova o Allariz. Pero ahora, y según revela un estudio realizado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), este fenómeno podría invertirse. Porque, aunque en cantidades no comparables, el flujo de inmigrantes que en los últimos años han recalado en estos puntos de la provincia de Orense está logrando «amortiguar» la pérdida incesante de vecinos . Así lo demuestra una investigación que tomó como muestra cuatro áreas rurales de Galicia, Aragón, Extremadura y Castilla y León afectadas por la despoblación y que en todos los casos parecen haber encontrado en la llegada de inmigrantes una vía de escape a la desertización de sus territorios .

En el caso de Terras de Celanova y Allariz, el estudio indica como punto de partida que su densidad de población es baja y que cuenta con un tejido empresarial poco denso . Con una media de edad muy elevada , los datos demuestran que el número de habitantes de estas áreas no deja de mermar desde los años 40 debido a múltiples factores entre los que se cuentan la propia emigración, el abandono del campo o el descenso de la natalidad. Las consecuencias de estos fenómenos dibujan un mapa con un padrón de apenas 15.000 vecinos en comarcas como Allariz-Maceda . Frente a este panorama, el análisis de la OIM presentado ayer en la Secretaría de Estado de Migraciones destaca una «progresiva sustitución de la figura del emigrante por la del inmigrante» y marca como punto de inflexión el año 2007, cuando un total de 32 municipios del área tuvieron «un crecimiento positivo» superando, 4 de ellos, los 100 migrantes.

Desde la OIM entienden esta realidad como una segunda oportunidad para zonas muy deprimidas poblacionalmente hablando y destacan que muchas de estas llegadas se vinculan con la situación que atraviesa Venezuela. Tanto es así que el informe asegura que «la llegada reciente de habitantes venezolanos (muchos de ellos de nacionalidad española) ha permitido salvar el cierre de algunos colegios de la zona» . Como reto para fijar a los nuevos vecinos y animar a futuros traslados, desde la organización apuntan a una mejora de las comunicaciones — especialmente en lo tocante al transporte público — y a una regeneración del tejido económico que debe buscar alternativas al sector agrícola tradicional. Sobre este punto, la OIM también determina que las personas migrantes «están ocupando nichos laborales no cubiertos por población local».

La convivencia preocupa

Los redactores del informe también resaltan, como punto a tener en cuenta, la acogida e integración del inmigrante. «Se entiende que la inmigración puede contribuir a la creación de nuevos núcleos familiares (como ha sucedido con la reciente llegada de la emigración venezolana) pero existe preocupación sobre la convivencia», alertan. De ahí que los expertos en este tipo de flujos aconsejen que estos territorios se doten de «espacios de interacción y encuentro» que favorezcan el intercambio vecinal y, a la postre, ayuden a afianzar población . Se trata, insiste el documento, de la salida más plausible a una crisis demográfica que amenaza seriamente el relevo generacional en el corazón de Galicia.

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