ECONOMÍA

La industria gallega busca inversor

Los cerca de 200 empleados de Poligal e Isowat llevan meses esperando por un comprador que se haga cargo de unas factorías con pedidos y clientes

Trabajadores de Poligal en una protesta ante el Parlamento de Galicia MIGUEL MUÑIZ

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Los trabajadores de Alcoa no son los únicos en Galicia que llevan meses a la espera de inversor. Las fábricas de la Comunidad viven su particular «annus horribilis». Las plantillas de Poligal, dedicada a la producción de plásticos alimenticios, o de Isowat, que produce subestaciones eléctricas, buscan también comprador . Sin actividad ya desde hace tiempo, sus casi 200 empleados esperan que se cierren operaciones de venta que no acaban de materializarse .

El peso de la industria en el Producto Interior Bruto gallego va en carrera descendente. El porcentaje necesario para contar con una economía equilibrada, según la Xunta o el Foro Económico de Galicia, sería del 20%. Pero en realidad ronda el 16%. «Si queremos vivir exclusivamente del turismo mal vamos», reflexiona Cándido López, presidente del comité de empresa de Isowat por CCOO. Rafael Souto, su homónimo en Poligal, pide a las administraciones mayor implicación para evitar que la Comunidad se convierta en un desierto industrial.

La historia de ambas factorías transcurre de manera paralela. Tenían encargos pendientes y buenas perspectivas de producción en el futuro . Pero las dos acabaron en concurso de acreedores, según los sindicatos, por la mala gestión de sus propietarios. Situada en el polígono industrial coruñés de A Grela, al fondo de la céntrica Avenida de Finisterre, Isowat fue comprada por el grupo Invertaresa a Isolux en 2007. Cándido López sospecha que los nuevos propietarios buscaban dar «un pelotazo urbanístico» pero les «explotó en la mano» la burbuja inmobiliaria . Isowat tenía entre sus clientes a las eléctricas a las que suministraban de componetes para sus parques eólicos y también a empresas como Navantia . Casi todas las subestaciones de las fragatas construidas para España, Australia o Noruega salían de la factoría coruñesa.

El presidente del comité de empresa sostiene que los encargos podrían seguir llegando si la factoría retomase la actividad. El eólico comienza a resurgir en Galicia y en el horizonte se atisba el contrato de cinco nuevas fragatas en los astilleros ferrolanos. Pero los 68 empleados empezaron esta semana el segundo periodo de tres meses de ERE . «Hay un inversor negociando con la entidad bancaria», relata Cándido López. En La Coruña miran con envidia sana la situación de sus compañeros de Medina del Campo (Valladolid), del mismo grupo, que en marzo lograban que la compañía extremeña Imedexsa comprase la segunda factoría de Isowat, con el visto bueno de Abanca y del administrador concursal. Tras acumular hasta siete salarios impagados , López celebra que al menos los empleados de la factoría hayan podido recuperar todas las nóminas pendientes menos las de enero y febrero de este año. Desde entonces la plantilla está en casa cobrando del paro.

Después de 30 años como líderes en España de la producción de plásticos válidos para envolver alimentos, los 112 trabajadores que quedaban de plantilla en Poligal, situada en el municipio coruñés de Narón, perdían su trabajo hace tres semanas . Pero todavía no han tirado la toalla. Firmaron un acuerdo con el administrador concursal para que se siga buscando un inversor que se haga cargo de la factoría. De ejecutarse la venta, tendrá que contar primero con los antiguos trabajadores . «La media de edad de la plantilla es de 55 años, es muy complicado volver a encontrar empleo», subraya el presidente del comité de empresa, Rafael Souto.

Malas noticias

Esta semana volvían a tener malas noticias. El miércoles la representanción sindical acudía al Igape para ser informados de cómo iba el proceso. Les comunicaron que de los dos posibles compradores que se manejaban hasta el momento, uno se apartaba definitivamente. El otro, un inversor español, sigue interesado pero, «nos trasladaron que la operación está cogida con pinzas», explica Souto.

Como en el caso de Isowat, los trabajadores de Poligal culpan también de la mala situación de la fábrica a sus propietarios, el grupo catalán Peralada, que al margen del negocio de los plásticos cuenta con casinos y bodegas en Cataluña y Latinoamérica. «En 2008 inauguraron una fábrica en Portugal dedicada a lo mismo y en 2018 —en plena liquidación de la factoría de Narón— abrían nuevas instalaciones en Polonia», relata el presidente del comité. En el proceso para buscar comprador se implicó la Xunta de Galicia. A través del Igape encargó a la consultora KPMG que localizase a inversores interesados. De momento no ha tenido éxito. Souto denuncia que existe «pasividad por parte del Gobierno gallego» que debería «estar más atento a los problemas» de la industria gallega para ayudarlas.

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