Xunta
El primer gobierno de Rueda: asciende Conde, Calvo de vicepresidente y siguen los conselleiros de Feijóo
El presidente retiene Turismo «como muestra de la prioridad que se le dará a este área en la década Xacobea»
La oposición recibe con pesimismo al nuevo ejecutivo pero el PSdeG optar por darle «un margen de confianza»
Pieza por pieza, siguiendo el guion de previsibilidad que está marcando los primeros movimientos de Alfonso Rueda como presidente de la Xunta . El nuevo gobierno gallego tiene muy poco de nuevo , porque apenas se incorpora una cara que no estuviera ya en el anterior gabinete de Alberto Núñez Feijóo, pero incluso la entrada de Diego Calvo ocupando la vacante en la Consellería de Presidencia —además de ser vicepresidente segundo— que dejaba Rueda suena a conocida, por llevar anunciada desde hacía días . Siguen, por tanto, Miguel Corgos, Julio García Comesaña, Ángeles Vázquez, Román Rodríguez, Ethel Vázquez, José Rodríguez, Fabiola García, María Jesús Lorenzana y Rosa Quintana.
Hay tres lecturas relevantes en el organigrama del primer gobierno Rueda. La primera, el ascenso de Francisco Conde a 'número dos' de facto de la Xunta, como vicepresidente primero, conservando sus áreas de Economía, Industria e Innovación. Se tira de escalafón, muy al estilo Feijóo, pero sobre todo se reconoce la relevancia de los asuntos que Conde gestiona en su cartera: los proyectos vinculados a los fondos europeos, las negociaciones con el Gobierno y las dificultades del tejido industrial en el contexto post-pandemia y el derivado del conflicto bélico en Ucrania. Rueda reconoce así el trabajo del hasta ahora vicepresidente segundo, cuyo ascenso no sorprende a nadie en el gabinete.
La entrada de Diego Calvo llega con retraso, porque su nombre figuraba en las quinielas para que hubiera sido nombrado conselleiro tras las elecciones de 2020. Feijóo no lo consideró necesario. Rueda ahora le entrega el que ha sido su departamento desde que llegó a la Xunta en 2009, Presidencia y Justicia. A falta de que se conozca la estructura interna, y siendo improbable que se altere su composición, Calvo tendrá bajo su control las relaciones con el Parlamento, el diálogo con las administraciones locales y el área de emergencias. La Consellería de Presidencia facilita un conocimiento transversal del aparato administrativo de la Xunta, un aprendizaje muy útil para Calvo ante eventuales aspiraciones políticas futuras.
El único 'pero' es que el área de Turismo, que desde 2020 dependía de esta consellería, seguirá bajo control de Rueda , que la adscribe a la Presidencia de la Xunta, donde ya estuvo durante el primer mandato de Feijóo. La decisión se justifica por la «prioridad que se le da a este área para esta década Xacobea». El sector había encontrado en Rueda un aliado para atender a sus demandas durante la difícil época de restricciones pandémicas. Y además permite al nuevo presidente gozar de la visibilidad que da este área, por la multitud de actos públicos vinculados al Año Santo que organiza.
Dos pinceladas menores. La Consellería de Educación, Cultura y Universidades se añadirá otro apellido, el de Formación Profesional; y Política Social hará lo propio con Xuventude. Detalles cosméticos. La continuidad del resto del gobierno atiende a dos razones: la apuesta por la continuidad explicitada por Rueda desde que se lanzó a la sucesión de Feijóo; y la lectura de enmienda a lo anterior que pudiera hacerse si hubiera remudado a algún conselleiro a mitad de legislatura . El propio presidente de la Xunta, después de anunciar su nuevo gobierno, explicó este domingo en las redes sociales el por qué de esa continuidad: «Conozco bien de cerca el trabajo de todos y todas. Sé que son la mejor compañía para esta nueva etapa» . Y añadió, echando mano una vez más del símil peregrino: «Hay Camino y hay equipo».
Las incógnitas del Gabinete
Este lunes se reunirá el gobierno en Consello extraordinario y durante la semana se aprobará el resto de estructura de altos cargos, con la vista puesta en quiénes acompañarán a Rueda en el Gabinete de la Presidencia , huérfano casi en su totalidad con la marcha de Núñez Feijóo, que se llevó con él a Madrid al grueso de los colaboradores que tenía en San Caetano. La incógnita es si Rueda va a mantener a algunos nombres de su equipo con Calvo o, por el contrario, seguirán sus pasos hasta la Presidencia de la Xunta.
La previsibilidad de la limitadísima renovación del ejecutivo autonómico acometida por Rueda no cogió por sorpresa a los partidos de la oposición. Ni el PSdeG ni el BNG esperaban cambios sustanciales , y, aunque ambos ven con pesimismo la apuesta por la continuidad al completo del equipo de Feijóo, entre unos y otros se intuyeron matices.
Si bien el secretario general del PSdeG, Valentín González Formoso, duda de que un ejecutivo en el «se cambian tan pocas caras» vaya a ser capaz de darle a Galicia el impulso que necesita», el líder de los socialistas gallegos les concede «un margen de confianza» y les tiende la mano porque «por encima de los intereses partidistas están los intereses de Galicia». En cambio, la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, no fue tan condescendiente con la formación de un gobierno «de rutina», diseñado para «aplacar las luchas internas por el poder en el PP» y «si pensar en Galicia», que, además, «no apuesta por la paridad en las vicepresidencias».