JUICIO EN LA AUDIENCIA NACIONAL
Gayoso se justifica en el aval del Banco de España en el caso Rivas
El expresidente de Caixanova se enfrenta a un delito de administración desleal por una operación inmobiliaria que causó un perjuicio económico de 41,8 millones de euros
El expresidente de Caixanova, Julio Fernández Gayoso, aludió ayer al aval del Banco de España a la gestión de la entidad tras realizar una inspección con datos de diciembre de 2008, meses después de ejecutarse la operación inmobiliaria en Rivas Vaciamadrid objeto de investigación . Gayoso, que en pocos días cumplirá 88 años, declaró como acusado en el juicio que desde este lunes se sigue en la Audiencia Nacional contra él y otros tres exdirectivos de la caja gallega por presunta administración desleal continuada en una operación urbanística en el municipio madrileño de Rivas Vaciamadrid, que causó un perjuicio de 41,8 millones de euros. Para el que fuera director general de la caja entre 1965 y 2006 y presidente a partir de esta fecha, tanto la Fiscalía Anticorrupción como la abogacía del Estado piden cuatro años de prisión, en tanto que Abanca, como heredera del quebranto patrimonial tras integrar Novacaixagalicia, tres. A preguntas de la fiscal Inmaculada Violán, Gayoso defendió los controles que pasó la operación inmobiliaria, que contó con más de veinte firmas de los «mejores directivos de la casa»; en concreto, de los diez componentes del comité superior de riesgos y de los diez de la comisión delegada, que es la que elevaba la propuesta al consejo de administración, según recoge Efe.
Por su parte, el ex director general de Caixanova, José Luis Pego, normalizó ayer el préstamo de 67,1 millones de euros concedido en 2007 a una sociedad participada, entre otros, por el hermano de uno de los entonces directivos de la entidad, para una fallida operación inmobiliaria en Rivas (Madrid). Pego, para el que la Fiscalía Anticorrupción pide cuatro años de prisión por administración desleal continuada, negó cualquier trato de favor hacia el hermano del que fuera su adjunto, Gregorio Gorriarán, y añadió que «muchas más personas dentro de la caja» sabían que la compañía de éste se encontraba detrás del proyecto, por lo que nunca fue información «oculta».
La mañana arrancó con la última parte del interrogatorio del ex director general, Gregorio Gorriarán, que empezó el lunes y que ayer se emocionó al recordar a la Sala que su hermano, que poseía un 6 % de una sociedad participada por la caja de ahorros vinculada a la operación inmobiliaria de Rivas, «se siente culpable por estar yo aquí» . Entre lágrimas, Gorriarán apeló a la «cultura de la transparencia» vigente en la entidad.
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