Coronavirus

Galicia prohíbe fumar en la calle y en terrazas si no hay distancia social

Se establece un límite de dos metros entre el fumador y otras personas

La Junta estudia si prohíbe fumar en la calle en Andalucía

Estampas como esta dejarán de verse en Galicia desde este jueves EFE
Pablo Pazos

Pablo Pazos

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Desde este jueves no se puede fumar en Galicia tanto en «la vía pública» como en «espacios al aire libre, incluidas las terrazas», salvo que se «pueda garantizar el mantenimiento, en todo momento, de la distancia de dos metros con otras personas ». La medida la recogió anoche el Diario Oficial de Galicia (DOG), a través de una orden que establece que «solo» bajo esas condiciones «se podrá exceptuar la obligación del uso de máscara, y exclusivamente durante el consumo» de «tabaco o de cigarrillos electrónicos».

El presidente de la Xunta en funciones, Alberto Núñez Feijóo, avanzó horas antes, a mediodía, en rueda de prensa, esta nueva medida para hacer frente al coronavirus en pleno repunte de casos. Recordó que el humo del tabaco es un «factor transmisor» del virus. Si se fuma sin limitación en «zonas de gran afluencia de ciudadanos», sin mediar «distancia física de seguridad», se da un «riesgo alto de contaminación y de infección». «Cuando se está en la calle y se está circulando entre gente sin poder guardar distancia, lo lógico es no poder fumar », apostilló.

En el momento de su alocución, explicó, se estaba afinando la medida, avalada por el comité clínico de expertos sanitarios del Gobierno gallego, para dar «seguridad jurídica». Pero la idea es clara: el humo «perjudica a personas colindantes» cuando una persona fumadora está «en tránsito o en movimiento» y no media la distancia necesaria.

Desde hace semanas, desde el sanedrín sanitario que aconseja a la Xunta se venía haciendo hincapié en el vector de riesgo que supone el hecho de fumar cuando no se pueden garantizar la distancia necesaria con otras personas. «Si no podemos mantener una distancia de dos metros, no podemos fumar. Si queremos fumar, tenemos que mantener una distancia de dos metros », advertían los asesores del Gobierno de Feijóo.

Como ya sucedió en las fases más crudas de la pandemia, la Xunta, bajo la guía de los 35 expertos de su comité clínico, promueve soluciones propias frente al coronavirus . Véase el registro de viajeros procedentes de territorios con alta incidencia del Covid, que deben facilitar sus datos de contacto de forma obligatoria si se desplazan a Galicia.

La Coruña, con movilidad

El comité clínico ya preveía un repunte de contagios a partir de los meses del verano, con la llegada de personas procedentes de otras zonas, y las cifras así lo constatan. El principal foco de preocupación se sitúa en el área sanitaria de La Coruña , que con datos de ayer del departamento autonómico de Sanidad seguía concentrando más de la mitad de los casos activos de Galicia: 463 de un total de 827, tras aumentar en casi 60 en 24 horas solo en la demarcación coruñesa (87 en el global).

Según los datos que maneja el Sergas, entre el 6 y el 8 de agosto se detectó un incremento brusco en los contagios en el área de La Coruña. El 80% de los nuevos casos que se han ido conociendo son menores de 60 años, lo que revela un claro cambio de tendencia, al darse la incidencia más elevada en la franja de 20-40 años. La media de ingresados en los hospitales ha caído a los 56 años; hay 9 pacientes menores de 50 años hospitalizados por Covid-19 en el área coruñesa.

Un informe de la Dirección Xeral de Saúde Pública del 12 de agosto, sobre la situación epidemiológica en la comarca coruñesa (concellos de La Coruña, Arteixo, Cambre, Culleredo, Oleiros, Abegondo, Bergondo, Carral y Sada), constata un «aumento de cadenas de transmisión independientes y con un porcentaje de casos huérfanos que indica que existe transmisión comunitaria , aunque de intensidad desconocida».

Las cifras son reveladoras: si la incidencia acumulada en Galicia en los últimos 14 días no llegaba en el momento de intervenir Feijóo a 24 casos por 100.000 habitantes, en La Coruña se disparaba hasta los 92, ligeramente por debajo de la media española (94,6); también por detrás de hasta cinco autonomías. «Pero ya estamos hablando de cosas gruesas», alertó el jefe del Ejecutivo gallego. ¿Una de las causas? « Una enorme relajación en los controles », lamentó Feijóo. Algunos alcaldes aludidos anunciaron «refuerzos» en la vigilancia policial tras el tirón de orejas del presidente.

Frente a los bulos que corrieron en las horas previas, la Xunta decidió no aplicar todavía acciones drásticas en esta zona: « Por el momento, no vamos a establecer medidas de control general de la movilidad ». Esto no quiere decir que no pueda suceder incluso a corto plazo. El comité vuelve a reunirse el próximo miércoles para valorar si «mantiene, suaviza o incrementa» las restricciones vigentes, recogidas igualmente ayer en el DOG.

A las limitaciones ya en vigor desde el 7 de agosto, y que se mantienen al menos siete días —ocio nocturno prohibido y máximo de 10 personas no convivientes en reuniones privadas, en toda la comarca; aforos al 50% en comercios y hostelería en La Coruña y su entorno; visitas en residencias, restringidas en toda el área—, se suman novedades como los rastreos masivos y aleatorios con hasta 1.200 PCR diarias. El DOG también recoge que en los comercios habrá un « servicio de atención preferente a mayores de 75 años », con medidas como «control de accesos o cajas de pago específicos». Adicionalmente, en la comarca coruñesa se recomienda a este grupo de población, así como a otros colectivos vulnerables que «eviten (...) las salidas en las horas de previsible afluencia o concentración de personas» en la calle o lugares públicos.

Se limitan las visitas a centros sanitarios en el área coruñesa, reduciendo a una persona por paciente en hospitales y, en el caso de atención ambulatoria, solo un acompañante cuando el atendido sea dependiente o menor de edad.

No temblará la mano

La situación de La Coruña contrasta con la de A Mariña, donde el brote que se originó a finales de junio está « claramente en fase de resolución ». En esta comarca lucense el comité de expertos apuesta por «mantener pequeñas restricciones», como el aforo al 50% en locales de ocio, pero por lo demás, se puede considerar en igualdad de condiciones con el resto de Galicia.

Feijóo advirtió de que a la Xunta no le va a «temblar la mano» si llega el momento de verse «obligados a tener que confinar ciudades o comarcas». Ante el repunte en La Coruña, «muy preocupante», sumado a la amenaza de nuevos rebrotes en toda Galicia, se dirigió especialmente a los jóvenes, para que se «tomen con seriedad» un virus que «no coge vacaciones». Sin ahorrar un ápice de «crudeza», advirtió el mandatario gallego: «Espero que no tenga que volver a haber cajas de madera para darse cuenta de que el virus sigue ahí».

«La cuestión es que la presión asistencial va a subir. Mucha gente va a sufrir, los negocios van a sufrir, todos sufriremos como consecuencia de que no todos cumplimos las normas», incidió. La Xunta aprueba medidas para contener la expansión del Covid, pero estas «no se están cumpliendo en muchos casos», lo que denota « un nivel de relajación impropio » de la sociedad gallega, censuró.

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