Vuelta al cole
Los padres tomarán la temperatura a sus hijos antes de ir a los centros
Galicia plantea que la medición no se haga en los accesos a las aulas o los colegios para evitar aglomeraciones
El Ministerio acepta la mascarilla obligatoria para mayores de 6 años y la Xunta la recomienda a partir de 3

Cierre de filas con el Gobierno con el regreso a los colegios a la vuelta de la esquina. Apenas un reproche inicial: la reunión de coordinación de los Ministerios de Sanidad y Educación con las Autonomías para el inicio del curso escolar llegó tarde, toda vez que los centros tienen previsto abrir la semana próxima. Pero Galicia se sumó este jueves al conjunto de las Comunidades que apoya y se alinea con el protocolo que el Ejecutivo les remitió el miércoles «a las once de la noche», unificando así la respuesta de las distintas administraciones públicas.
«Es el momento de establecer acuerdos y puntos de convergencia , y no crear polémicas o discusiones que provocan poca operatividad y mucha confusión en las comunidades operativas», manifestó tras la conferencia sectorial la conselleira de Educación en funciones, Carmen Pomar, en la que participó junto al titular de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña. El documento ministerial, explicó Pomar, «viene a refrendar» mayoritariamente el protocolo que la Xunta ya había aprobado el 22 de julio y que estaban aplicando los distintos centros educativos.
«Nos congratulamos de estar haciendo las cosas en la línea correcta», subrayó la conselleira. Además, el texto está abierto a sugerencias, y aprovechando esta posibilidad, Galicia plantea una modificación: que la temperatura de los alumnos no se tome a la entrada de las aulas o los centros sino que los padres puedan hacerlo en sus propios domicilios . Las Comunidades podrán optar por una u otra opción, en función de su propio criterio.
Según explicó Almuiña, realizar esta medida a la entrada de las aulas podría provocar «aglomeraciones» indeseadas en las zonas comunes de colegios e institutos. «Vamos a hacer una encuesta de síntomas tanto a los trabajadores como a los niños y niñas, para ver si hay tos, fiebre, dificultad para respirar», avanzó, «y evitamos así que vayan a los centros ».
Almuiña celebró igualmente que el Gobierno aceptase la propuesta de Galicia y otras Comunidades para que la mascarilla sea obligatoria en la enseñanza a partir de los 6 años, y la Comunidad también ha planteado que entre los 3 y los 6 años esta medida de protección sea opcional, tal y como ya recoge el protocolo autonómico.
Otra de las novedades que se introducen en el texto ministerial es que se combine la limpieza exhaustiva de las instalaciones escolares con una ventilación de las mismas tras su uso . «La evidencia científica no habla ya tanto de las superficies como de la ventilación porque la transmisión [del virus] se ve cada vez más que es aérea».
Almuiña advirtió de que, a pesar de la existencia y aplicación de todos estos protocolos «lógicamente van a aparecer casos» porque «el virus está circulando». « Lo importante es tener un plan claro para saber qué hacer en caso de positivos », y una de las exigencias pasa por «determinar qué es un contacto estrecho» para su localización, aislamiento y seguimiento. «Eso se va a definir en una guía de aparición de casos que está en una fase inicial» a cuya elaboración se ha comprometido el Ministerio de Sanidad, y que se avanzará «en la próxima conferencia sectorial».
También había que hablar de dinero. El responsable de la sanidad pública gallega recalcó la necesidad de que se dote a las autonomías de recursos económicos, dado que el curso escolar abarcará hasta el verano del año próximo, y el Fondo Covid creado por el Gobierno solo tiene previsión de vigencia para este año 2020 . La respuesta del ministro Illa es que la sectorial de sanidad no es la ventanilla adecuada para esa reclamación monetaria.
Presencialidad
Pomar confirmó que la intención de la Xunta es que la educación este curso sea «principalmente» presencial y «fundamentalmente en las etapas inferiores , infantil, primaria y los primeros años de secundaria», pero que cualquier alteración de esta idea original será siempre por una decisión de las autoridades sanitarias, que van a tener la última palabra.
De procederse al confinamiento «total o parcial» de un centro, la conselleira señaló que «lo que tiene que estar es todo preparado para comenzar» con la enseñanza «a distancia». «La Consellería está haciendo un gran esfuerzo con la formación del profesorado », al que se le está dotando de las herramientas para impartir clase en estas circunstancias, y además «estamos centrados en poder hacer llegar cuanto antes a las familias que lo precisen los equipos informáticos necesarios», y evitar la brecha digital denunciada durante el estado de alarma por muchos sindicatos.
En cualquier caso, las fechas de inicio de curso se mantienen inalteradas : 10 de septiembre para infantil y primaria, y 17 de septiembre para secundaria, «si las autoridades sanitarias lo permiten».
Aulas burbuja
Otro elemento por el que se le ha preguntado a Pomar ha sido la ratio de alumnos por clase y la distancia de seguridad en las aulas. La conselleira remarcó que el Ministerio no abordó «en ningún momento» durante la conferencia ni tampoco en el documento remitido a las Comunidades una alteración de las ratios ya existentes y que se muestra favorable a que, si se procede al establecimiento de los «grupos de convivencia estable» o «aulas burbuja» aisladas y cerradas al resto, no sería necesario guardar en su interior la distancia de seguridad.
«El ministro de Sanidad aseguró que la distancia de 1,5 metros es una distancia general para la interacción entre el alumnado, pero en este documento prima el concepto de grupo de convivencia estable y que no tendrían que guardar esa distancia», abundó la conselleira.
Para el titular del Sergas, el protocolo elaborado por el Ministerio y avalado por las distintas Comunidades es un « documento de mínimos, con aspectos básicos, abierto a mejora y estamos trabajando en ello, con las pequeñas modificaciones que haya que hacer, trabajaremos durante un tiempo». «La pandemia nos enseñó que los protocolos tienen que ser vivos, actualizados cada quince días porque la evidencia científica se consolida», apostilló Almuiña.
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